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“Yo rocié químicos sobre Vieques”

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Mensaje por Invitado 10/10/2009, 10:23

En el día de la coronación de Obama como esperanza de la paz, y cabeza visible del país que más está trabajando por conseguirla, os presento esta información ... felicidades Suspect

La confesión de un veterano de Estados Unidos es una luz de esperanza para los más de 7.000 habitantes de la isla de Vieques, en Puerto Rico, que demandan a la Marina estadounidense por los 60 años de ocupación y bombardeos sobre su territorio. La isla fue víctima de todo tipo de entrenamientos y pruebas militares de Estados Unidos. Hoy muchos de sus habitantes padecen cánceres incurables y a seis años de la escandalosa retirada de la isla, el Pentágono le debe muchas explicaciones a la población.




“Yo rocié químicos sobre Vieques” 9800

Imagine una isla paradisíaca en Puerto Rico. Imagine que en ella viven 9.000 personas. Imagine que esa población convive con la Armada de los Estados Unidos durante más de 60 años. Imagine que ese paraíso en la Tierra es utilizado como experimento militar durante décadas: sus playas bombardeadas, casas expropiadas, prácticas militares a toda hora. Imagine que allí se experimenta con armas químicas y biológicas. Que la población comienza a cansarse y denuncia violaciones a las libertades civiles. Que los primeros enfermos por los experimentos estadounidenses comienzan a proliferar, que el propio gobierno puertorriqueño se opone a Estados Unidos y que una férrea oposición de todo el país y sus personalidades más destacadas en el mundo le exigen a George W. Bush que las tropas se retiren de una vez por todas y dejen de sacudir su suelo. Imagine por último que la Armada se retira pero queda todo su daño en la piel de los habitantes y en la maltratada geografía que jamás podrá volver a ser lo que era.

Todo esto ocurrió en Vieques, (la “isla municipio”, como se la conoce en Puerto Rico), un enclave ocupado casi en su totalidad por Estados Unidos entre la década del ’40 y el 11 de mayo de 2003. Los derechos humanos de la población fueron violados sistemáticamente y esto fue denunciado una y otra vez, pero los sucesivos gobiernos estadounidenses mantuvieron el enclave en el que se experimentó con armas de todo tipo. Fue la presión internacional la que obligó a George W. Bush a poner fin a la base militar y ordenar la retirada. Pero el daño ya estaba hecho.

MEA CULPA
A principios de la década de 1970 rociaba químicos en las áreas civiles de Vieques en horas de la madrugada mientras los habitantes de la isla municipio dormían. Ahora, 37 años después, pide perdón por el daño que le haya podido causar a la salud de la población.

Hermógenes Marrero, quien fue policía militar y encargado de vigilar los depósitos de armas y químicos de la Marina en Vieques, prestó una declaración jurada para complementar el caso civil que llevan los viequenses contra la Marina, a la que acusan de haber contaminado la zona al realizar maniobras militares y experimentos con armas químicas.

La Marina solicitó la desestimación de la demanda invocando inmunidad soberana. Jeff Gordon, portavoz del Pentágono dijo que no pueden comentar por tratarse de un caso que está pendiente en los tribunales.

"Sí, regaron armas químicas y el que las regó fui yo. Le debo una disculpa al pueblo de Vieques. Me siento a veces y lloro. No sé cómo pedirles perdón porque he enfermado a mucha gente. Ellos (los viequenses) saben que lo hice y me arrepiento", dijo recientemente a la AP con voz entrecortada por el llanto.

Marrero tiene 57 años y está en silla de ruedas. Lleva un caso ante la Administración de Veteranos de Guerra, reclamando los servicios médicos que dice le corresponden para atender las múltiples condiciones de salud que padece y que atribuye a las armas químicas y biológicas a las que estuvo expuesto en Vieques entre 1970 y 1972.

Narró que todos los días, entre las tres y las cuatro de la madrugada, mientras la gente dormía, él abordaba un jeep equipado con una máquina fumigadora y rociaba químicos por las áreas civiles. Los químicos, según dijo, eran para matar plagas e insectos, pero afirmó que también murieron perros, gatos, pájaros y vacas.

"Ellos (la Marina) quieren que yo me muera, no me quieren ayudar. ¿Por qué no me quieren dar beneficios si saben que me enfermé allí?", expresó, aludiendo a la negativa del Departamento de Defensa a reconocer que sus enfermedades son producto de su exposición al armamento químico y biológico con los que se experimentó en la isla.

CÁNCER EN LA ISLA

En Vieques se han realizado estudios según los cuales la incidencia de cáncer en la población es un 27% más alta que la del resto de los puertorriqueños y eso se atribuye a la contaminación creada por la Marina. Otros estudios, no obstante, no avalan esa teoría.

En unas vistas públicas en Vieques el 13 de agosto, el director ejecutivo de la Agencia estadounidense de Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades, Howard Frumkin, se comprometió a revisar minuciosamente un estudio de esa agencia que concluyó que los ejercicios bélicos que la Marina de Guerra realizó por más de 60 años en Vieques no afectaron la salud de sus más de 9.000 habitantes.

"Vamos a dar una mirada nueva a todo lo que se hizo y a trabajar con otros investigadores. Estamos comenzando ese proceso ahora y si hay algún trabajo que corregir, se va a corregir. Si hay más trabajo que hacer, se va a hacer, y si hay más que podamos hacer, se va a hacer", dijo Frumkin a la agencia AP tras reunirse en Vieques con líderes comunitarios y científicos que cuestionan la validez y confiabilidad del estudio realizado entre 1999 y 2003.

Marrero está legalmente ciego, tiene el síndrome de Lou Gehrig y ha sufrido de cáncer de colon en dos ocasiones; lo han sometido a 12 operaciones, siete de ellas de intestinos, y ahora le diagnosticaron un cáncer no operable.

"Si Vieques tiene una pelea conmigo, yo la tengo con ellos (el Pentágono). Si yo tengo esas enfermedades, los viequenses también", afirmó Marrero, quien lloró nuevamente al recordar la muerte de Milivy Adams, una niña viequense de cinco años fallecida en el 2002 de múltiples tumores cancerosos y quien se convirtió en símbolo de la lucha por la salida de la Marina.

En 2002, Barbara Goodno, portavoz del Pentágono, envió una carta al ex militar puertorriqueño en la que rechazó que el ejercicio del proyecto 112 —integrado al programa SHAD (Shipboard Hazard and Decontamination)— que se realizó en Vieques en mayo de 1969 haya causado daños a su salud.

"Lamentamos mucho escuchar de sus problemas médicos. De todos modos, nuestra investigación indica que es muy improbable que sus problemas de salud se relacionen con las pruebas del proyecto 112. La única prueba conducida en la isla de Vieques fue el ejercicio DTC 69-10. Esa prueba involucró fosfato de trioctilo, un simulante de un agente químico que se considera generalmente inofensivo a la salud de los adultos", indicó la portavoz del Pentágono en una misiva que le envió a Marrero el 13 de noviembre de 2002.

Marrero no acepta esa explicación.

"Me quedé ciego a los 38 años, menos de 10 años después de salir de Vieques. Salí de Vieques a los 26 años y tengo un caso de veterano pendiente desde 1975", dijo. Se refería a la solicitud hecha a la Administración de Veteranos de Guerra para que se reconozca que sus enfermedades están relacionadas con su tiempo de servicio.

"Me enfermé dentro de Vieques por la exposición a esos químicos. Era instructor de esas armas químicas, yo enseñaba el uso de armas químicas", insistió.

De acuerdo con Marrero, en el 2006 fue enviado al hospital War Related Illness and Injury Study Center en Washington y el especialista que le hizo sus análisis, el científico investigador en salud Aaron Schneidernan, vinculó sus condiciones de salud al tiempo que estuvo de servicio militar en el Campamento García de Vieques. Marrero exhibió a la prensa una copia del documento firmado por Schneidernan.

"Mis condiciones médicas están relacionadas con el tiempo que estuve en Vieques, así lo confirmó él. Fui expuesto hasta a agente naranja", sostuvo.

Marrero dijo que por unos 25 años el Departamento de Defensa le prohibió hablar sobre esos asuntos, pero afirmó que ya no quiere guardar silencio porque no tiene nada que perder.

"En Washington se niegan a reconocerlo porque si lo aceptan abren una caja de Pandora. No tengo nada que ganar diciendo la verdad, todo lo que deseo es recibir mis beneficios. Si esto le ayuda al pueblo de Vieques, pues qué bueno. Yo lo hago porque sé que eso estaba mal hecho", sentenció.

La Marina se retiró de Vieques en mayo del 2003 tras una campaña de desobediencia civil que se inició en abril de 1999, cuando una bomba que erró su blanco mató al guardia civil David Sanes. A seis años, todavía queda mucho por investigar.


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Mensaje por jedimalaga 10/10/2009, 20:51

Tremendo.... no se me ocurre otro comentario. Esto ya es de locos, estos putos asesinos descerebrados tienen sus redes por todas partes y nos están liquidando día a día. Esto va a reventar pronto de una forma u otra. Crying or Very sad
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