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Carta de un objetor electoral a la sociedad
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Concienciacción :: General :: OPINA
Página 1 de 1.
Carta de un objetor electoral a la sociedad
Me declaro objetor de conciencia para las próximas elecciones
Hola. Soy Adrián Vaíllo, un joven que ha sido llamado a formar parte, como primer vocal, de una de las mesas electorales que se van a organizar en Elche el próximo 20 de noviembre de 2011 con motivo de la celebración de elecciones generales. Ante tal orden, cuyo incumplimiento pena el estado con “prisión de tres meses a un año o multa de seis a veinticuatro meses”, he decidido declarar mi OBJECIÓN DE CONCIENCIA.
Lo primero que hice tras recibir la notificación de la administración fue ponerme en contacto con las personas que forman parte de ella para, aprovechando los cauces legales, comunicarles mi decisión. Mi única intención era exponer, de igual a igual, los motivos que me conducen a obrar así; es decir, hacer lo más parecido que podía a dialogar y apelar a la conciencia de mis interlocutores para que revocaran mi nombramiento o, al menos, debatir sobre sus motivos si decidían no hacerlo. Sin embargo, lejos de conseguir nada parecido, recibí un “no” inargumentado por respuesta, ratificando así mi obligación de formar parte de la mesa y mostrando su nula voluntad de solucionar el problema.
Es ahora, en este estado de la situación, cuando hago pública a la sociedad mi objeción. Tres son los motivos que, fuertemente entrelazados, me deciden a actuar como lo hago: la profunda convicción de que no vivimos en un régimen democrático, la vigorosa idea de que el bien no se puede imponer y, por último, lo que me queda de conciencia libre, que me exhorta a actuar según mi ética y a denunciar aquello que considero injusto.
Esto no es una democracia
Hace ya años que decidí no votar. Si enumerara los motivos que hay para ello, no pararía: la desviación de dinero supuestamente público a fines privados, la desigualdad social, las promesas electorales que sistemáticamente se evaporan, las ingentes cantidades de euros destinados a la represión y la muerte… Si aún así considerara que vivimos en un sistema digno con imperfecciones subsanables, no dudaría en participar en él y aportar mi granito de arena en mejorarlo, pero no es este el caso. La corrupción del sistema no afecta a sus accidentes, sino a su misma esencia; es decir, es intrínseca a él.
Apuesto sin reservas por la democracia; esto es, por la política hecha en libertad entre iguales. Y mis iguales son todos los seres humanos. Por ello, no puedo dejar de estar en desacuerdo con el actual sistema político y electoral, no puedo dejar de ver a los políticos profesionales como usurpadores de la libertad de las personas y no puedo dejar de pensar que en democracia nadie renuncia a decidir sobre los asuntos que le afectan porque deposite un voto cada cuatro años. A esto debemos sumar que muchas de las personas que forman parte del poderoso tándem estado-capital y que, por tanto, tienen poder de decisión sobre nosotros, ni siquiera concurren a las elecciones, lo cual nos debe hacer meditar sobre la mentira política que vivimos.
Pero no acaba todo aquí: con capitalismo no puede haber democracia. En el actual mundo laboral el propietario lo es, teóricamente, solo de las cosas, pero este hecho le otorga la potestad de dominar a otros seres humanos. De este modo, se crea una relación de desigualdad entre las personas y se anula la capacidad de decisión de los trabajadores sobre los métodos y la finalidad de su labor; por lo tanto, en un asunto tan influyente en nuestra cotidianeidad como el trabajo nos limitamos a acatar lo que se decide por nosotros.
Frente a las elecciones promovidas por el estado, me uno a quienes proponen la formación de una red horizontal de asambleas libres y la toma de decisiones por consenso, la cual promueve la reflexión y la dilucidación colectiva y mutua sin la que no puede existir la democracia. Esta apuesta se basa en la confianza en la capacidad de los seres humanos de auto organizarse para tomar las riendas de su propio destino.
Frente al capitalismo, apuesto por la auto gestión y una economía basada en los principios de colaboración y apoyo mutuo, ajena a las jerarquías, que fomente el desarrollo de las capacidades de cada persona, que haga a todo el mundo participe de su finalidad y que no sojuzgue la libertad de nadie.
Solo a una sociedad que se rija por estos principios podré considerarla, aunque imperfecta, democrática.
El bien no se puede imponer
Llama profundamente la atención que un régimen defendido por quienes aprovechan la menor oportunidad para pronunciar la palabra “libertad”, tenga en esta uno de sus blancos principales.
Sorprende que tantos derechos proclamados a los cuatro vientos por el estado puedan ser suspendidos si se declara un estado de alarma, excepción o sitio, y ya hemos visto que esto ocurre. Así queda claro que, cuando interesa al poder, nuestras libertades no son más que papel mojado y que para que así sea acechan el ejército y la policía. Sin embargo, las imposiciones y prohibiciones no se dan solamente en circunstancias tan extraordinarias, pues están a la orden del día.
Resulta irónico que para montar su “fiesta de la democracia” el estado precise de exigir servicios personales por la fuerza a sus dominados, como un señor feudal a sus vasallos. ¿Tan poco apoyo tiene que entre las 500 y 2 000 personas censadas en cada mesa electoral no salen los pocos voluntarios necesarios para formarlas? Pues parece que no, y no es de extrañar, pues sus formas falsamente democráticas y sus coacciones tienen como resultado en la sociedad un buscado desinterés y apatía por lo público que se soluciona con nuevas constricciones cuando es necesario.
Así, el sistema prescinde de los lazos políticos, económicos, sociales y emocionales que la asamblea, la autogestión y el apoyo mutuo fomentan y que hacen de la generosidad y el amor, y no de la sanción, el verdadero motor de la vida en común. Este es el primer paso que puede convertir a una sociedad en bondadosa, pues el bien, lejos de poder ser impuesto, nace siempre de la profunda convicción interior, y esta solo es posible si existe la libertad de conciencia.
La libertad de conciencia
La libertad de conciencia es la primera condición sobre la que se debe asentar la democracia, pues sin ella no puede existir. Si no desarrollamos la capacidad para elegir nuestras acciones, si no reflexionamos sin coacción antes de hacer, si no razonamos y sentimos lo bueno y lo malo, nunca podremos decir que obramos según nuestra voluntad.
El estado y el capital buscan, constantemente, anular el desarrollo de esta capacidad humana. Continuamente se nos transmiten desde los grandes medios de comunicación del poder los valores que benefician al sistema: fuertes deseos de riqueza y ascenso social, competitividad, los beneficios de una vida tranquila y despreocupada, el valor del trabajo como simple generador de recursos, un feroz consumismo… El problema no está en que quienes defiendan esta manera de entender la vida puedan hacerlo, el problema está en que estas ideas copan la mayoría de la información que recibe la gente y son presentadas mediante el lenguaje falsamente inocente, pero realmente manipulador, de la publicidad.
En una sociedad que respetara la libertad de conciencia se debería promover el debate en igualdad de condiciones para todas las visiones. Solamente así cada cual puede desarrollar unos valores y un criterio propio conforme al cual actuar.
Por otro lado, el actual sistema legisla todos los aspectos de la vida que es capaz. Así, por un lado, las personas evitan tener que cavilar sobre sus acciones, pues la ley ya les dice lo que deben hacer; y por el otro, si alguien desobedece libremente y según su conciencia la legislación, sentirá golpear sobre su cabeza el martillo de la represión. De este modo, el estado controla, no ya sólo la libertad de conciencia, sino la posibilidad de ponerla en práctica. Ello explica que la administración haya respondido a mis motivaciones éticas con un frío y solitario “no”. Por supuesto, este es solo un pequeño ejemplo de coacción, menor que tantos de los que ocurren a diario.
Por todo lo expuesto arriba, expreso mi total rechazo a un sistema político, económico y social profundamente injusto e inhumano, así como a la farsa electoral que ayuda a sustentarlo; como consecuencia de lo cual, no puedo hacer otra cosa que no participar en las próximas elecciones ni como elector ni como vocal en una mesa.
Henry D. Thoreau lo vio claro: “Lo deseable no es cultivar el respeto por la ley, sino por la justicia”. Luego añade: “¿Cómo puede estar satisfecho un hombre por el mero hecho de tener una opinión y quedarse tranquilo con ella?” De este pensamiento, en definitiva, procede mi modo de obrar.
No pretendo buscar trampas ni trucos que me eximan de acatar esta orden; por supuesto, tampoco tengo la intención de causar ningún trastorno a quien decida votar. Por todo ello he tratado de ponerme en contacto con la administración y comunicarle mi decisión firme.
Este es, sencillamente, un acto de denuncia de una situación injusta y, como tal, anda por el mismo sendero que transitaron y transitarán quienes tomaron decisiones similares y quienes lo harán en el futuro. Es una simple decisión que me hace rechazar colaborar con aquello que asfixia algunas de las expresiones más privadas y profundas de mi humanidad: mi conciencia y mi libertad.
En definitiva, no hago nada más que participar en la filosofía y la práctica que tanta gente ha compartido conmigo con ilusión y cariño: la de la desobediencia civil y la no violencia. Con ello busco interpelar —nunca imponer— a las personas para que, entre todos los seres humanos, podamos construir una sociedad basada en una organización y valores realmente democráticos y solidarios. Es por ello que animo a quien su conciencia se lo pida a que se sume a esta practica política. Únicamente colaborando y sumando esfuerzos podremos cambiar las cosas.
Todo mi afecto a quien haya dedicado un ratito de su vida a leer estas palabras.
Un abrazo para todo el mundo.
Adrián Manuel Vaíllo Garri, miembro del Grupo Antimilitarista Tortuga
Elche, a 14 de noviembre de 2011
Hola. Soy Adrián Vaíllo, un joven que ha sido llamado a formar parte, como primer vocal, de una de las mesas electorales que se van a organizar en Elche el próximo 20 de noviembre de 2011 con motivo de la celebración de elecciones generales. Ante tal orden, cuyo incumplimiento pena el estado con “prisión de tres meses a un año o multa de seis a veinticuatro meses”, he decidido declarar mi OBJECIÓN DE CONCIENCIA.
Lo primero que hice tras recibir la notificación de la administración fue ponerme en contacto con las personas que forman parte de ella para, aprovechando los cauces legales, comunicarles mi decisión. Mi única intención era exponer, de igual a igual, los motivos que me conducen a obrar así; es decir, hacer lo más parecido que podía a dialogar y apelar a la conciencia de mis interlocutores para que revocaran mi nombramiento o, al menos, debatir sobre sus motivos si decidían no hacerlo. Sin embargo, lejos de conseguir nada parecido, recibí un “no” inargumentado por respuesta, ratificando así mi obligación de formar parte de la mesa y mostrando su nula voluntad de solucionar el problema.
Es ahora, en este estado de la situación, cuando hago pública a la sociedad mi objeción. Tres son los motivos que, fuertemente entrelazados, me deciden a actuar como lo hago: la profunda convicción de que no vivimos en un régimen democrático, la vigorosa idea de que el bien no se puede imponer y, por último, lo que me queda de conciencia libre, que me exhorta a actuar según mi ética y a denunciar aquello que considero injusto.
Esto no es una democracia
Hace ya años que decidí no votar. Si enumerara los motivos que hay para ello, no pararía: la desviación de dinero supuestamente público a fines privados, la desigualdad social, las promesas electorales que sistemáticamente se evaporan, las ingentes cantidades de euros destinados a la represión y la muerte… Si aún así considerara que vivimos en un sistema digno con imperfecciones subsanables, no dudaría en participar en él y aportar mi granito de arena en mejorarlo, pero no es este el caso. La corrupción del sistema no afecta a sus accidentes, sino a su misma esencia; es decir, es intrínseca a él.
Apuesto sin reservas por la democracia; esto es, por la política hecha en libertad entre iguales. Y mis iguales son todos los seres humanos. Por ello, no puedo dejar de estar en desacuerdo con el actual sistema político y electoral, no puedo dejar de ver a los políticos profesionales como usurpadores de la libertad de las personas y no puedo dejar de pensar que en democracia nadie renuncia a decidir sobre los asuntos que le afectan porque deposite un voto cada cuatro años. A esto debemos sumar que muchas de las personas que forman parte del poderoso tándem estado-capital y que, por tanto, tienen poder de decisión sobre nosotros, ni siquiera concurren a las elecciones, lo cual nos debe hacer meditar sobre la mentira política que vivimos.
Pero no acaba todo aquí: con capitalismo no puede haber democracia. En el actual mundo laboral el propietario lo es, teóricamente, solo de las cosas, pero este hecho le otorga la potestad de dominar a otros seres humanos. De este modo, se crea una relación de desigualdad entre las personas y se anula la capacidad de decisión de los trabajadores sobre los métodos y la finalidad de su labor; por lo tanto, en un asunto tan influyente en nuestra cotidianeidad como el trabajo nos limitamos a acatar lo que se decide por nosotros.
Frente a las elecciones promovidas por el estado, me uno a quienes proponen la formación de una red horizontal de asambleas libres y la toma de decisiones por consenso, la cual promueve la reflexión y la dilucidación colectiva y mutua sin la que no puede existir la democracia. Esta apuesta se basa en la confianza en la capacidad de los seres humanos de auto organizarse para tomar las riendas de su propio destino.
Frente al capitalismo, apuesto por la auto gestión y una economía basada en los principios de colaboración y apoyo mutuo, ajena a las jerarquías, que fomente el desarrollo de las capacidades de cada persona, que haga a todo el mundo participe de su finalidad y que no sojuzgue la libertad de nadie.
Solo a una sociedad que se rija por estos principios podré considerarla, aunque imperfecta, democrática.
El bien no se puede imponer
Llama profundamente la atención que un régimen defendido por quienes aprovechan la menor oportunidad para pronunciar la palabra “libertad”, tenga en esta uno de sus blancos principales.
Sorprende que tantos derechos proclamados a los cuatro vientos por el estado puedan ser suspendidos si se declara un estado de alarma, excepción o sitio, y ya hemos visto que esto ocurre. Así queda claro que, cuando interesa al poder, nuestras libertades no son más que papel mojado y que para que así sea acechan el ejército y la policía. Sin embargo, las imposiciones y prohibiciones no se dan solamente en circunstancias tan extraordinarias, pues están a la orden del día.
Resulta irónico que para montar su “fiesta de la democracia” el estado precise de exigir servicios personales por la fuerza a sus dominados, como un señor feudal a sus vasallos. ¿Tan poco apoyo tiene que entre las 500 y 2 000 personas censadas en cada mesa electoral no salen los pocos voluntarios necesarios para formarlas? Pues parece que no, y no es de extrañar, pues sus formas falsamente democráticas y sus coacciones tienen como resultado en la sociedad un buscado desinterés y apatía por lo público que se soluciona con nuevas constricciones cuando es necesario.
Así, el sistema prescinde de los lazos políticos, económicos, sociales y emocionales que la asamblea, la autogestión y el apoyo mutuo fomentan y que hacen de la generosidad y el amor, y no de la sanción, el verdadero motor de la vida en común. Este es el primer paso que puede convertir a una sociedad en bondadosa, pues el bien, lejos de poder ser impuesto, nace siempre de la profunda convicción interior, y esta solo es posible si existe la libertad de conciencia.
La libertad de conciencia
La libertad de conciencia es la primera condición sobre la que se debe asentar la democracia, pues sin ella no puede existir. Si no desarrollamos la capacidad para elegir nuestras acciones, si no reflexionamos sin coacción antes de hacer, si no razonamos y sentimos lo bueno y lo malo, nunca podremos decir que obramos según nuestra voluntad.
El estado y el capital buscan, constantemente, anular el desarrollo de esta capacidad humana. Continuamente se nos transmiten desde los grandes medios de comunicación del poder los valores que benefician al sistema: fuertes deseos de riqueza y ascenso social, competitividad, los beneficios de una vida tranquila y despreocupada, el valor del trabajo como simple generador de recursos, un feroz consumismo… El problema no está en que quienes defiendan esta manera de entender la vida puedan hacerlo, el problema está en que estas ideas copan la mayoría de la información que recibe la gente y son presentadas mediante el lenguaje falsamente inocente, pero realmente manipulador, de la publicidad.
En una sociedad que respetara la libertad de conciencia se debería promover el debate en igualdad de condiciones para todas las visiones. Solamente así cada cual puede desarrollar unos valores y un criterio propio conforme al cual actuar.
Por otro lado, el actual sistema legisla todos los aspectos de la vida que es capaz. Así, por un lado, las personas evitan tener que cavilar sobre sus acciones, pues la ley ya les dice lo que deben hacer; y por el otro, si alguien desobedece libremente y según su conciencia la legislación, sentirá golpear sobre su cabeza el martillo de la represión. De este modo, el estado controla, no ya sólo la libertad de conciencia, sino la posibilidad de ponerla en práctica. Ello explica que la administración haya respondido a mis motivaciones éticas con un frío y solitario “no”. Por supuesto, este es solo un pequeño ejemplo de coacción, menor que tantos de los que ocurren a diario.
Por todo lo expuesto arriba, expreso mi total rechazo a un sistema político, económico y social profundamente injusto e inhumano, así como a la farsa electoral que ayuda a sustentarlo; como consecuencia de lo cual, no puedo hacer otra cosa que no participar en las próximas elecciones ni como elector ni como vocal en una mesa.
Henry D. Thoreau lo vio claro: “Lo deseable no es cultivar el respeto por la ley, sino por la justicia”. Luego añade: “¿Cómo puede estar satisfecho un hombre por el mero hecho de tener una opinión y quedarse tranquilo con ella?” De este pensamiento, en definitiva, procede mi modo de obrar.
No pretendo buscar trampas ni trucos que me eximan de acatar esta orden; por supuesto, tampoco tengo la intención de causar ningún trastorno a quien decida votar. Por todo ello he tratado de ponerme en contacto con la administración y comunicarle mi decisión firme.
Este es, sencillamente, un acto de denuncia de una situación injusta y, como tal, anda por el mismo sendero que transitaron y transitarán quienes tomaron decisiones similares y quienes lo harán en el futuro. Es una simple decisión que me hace rechazar colaborar con aquello que asfixia algunas de las expresiones más privadas y profundas de mi humanidad: mi conciencia y mi libertad.
En definitiva, no hago nada más que participar en la filosofía y la práctica que tanta gente ha compartido conmigo con ilusión y cariño: la de la desobediencia civil y la no violencia. Con ello busco interpelar —nunca imponer— a las personas para que, entre todos los seres humanos, podamos construir una sociedad basada en una organización y valores realmente democráticos y solidarios. Es por ello que animo a quien su conciencia se lo pida a que se sume a esta practica política. Únicamente colaborando y sumando esfuerzos podremos cambiar las cosas.
Todo mi afecto a quien haya dedicado un ratito de su vida a leer estas palabras.
Un abrazo para todo el mundo.
Adrián Manuel Vaíllo Garri, miembro del Grupo Antimilitarista Tortuga
Elche, a 14 de noviembre de 2011
alonindark- Cantidad de envíos : 104
Nivel de Aportación : 131
Fecha de inscripción : 05/01/2009
Re: Carta de un objetor electoral a la sociedad
Tu carta merece un aplauso. Tu actitud un gran respeto. Tu valentía, nuestro reconocimiento.
fidlav- Cantidad de envíos : 284
Nivel de Aportación : 325
Fecha de inscripción : 09/12/2009
Re: Carta de un objetor electoral a la sociedad
GRACIAS valiente!!
M.C.M- Cantidad de envíos : 682
Nivel de Aportación : 776
Fecha de inscripción : 06/10/2009
Edad : 55
Localización : XIXON
Re: Carta de un objetor electoral a la sociedad
Tienes todo mi apoyo y mi respeto.
( si se hace una carta de apoyo ciudadano o similar, cuenta conmigo para participar en ella.)
Fuerza y Paz compañero!!
( si se hace una carta de apoyo ciudadano o similar, cuenta conmigo para participar en ella.)
Fuerza y Paz compañero!!
Gaiana- Cantidad de envíos : 241
Nivel de Aportación : 294
Fecha de inscripción : 14/01/2010
Edad : 47
Localización : Segovia-FELINULOM
Re: Carta de un objetor electoral a la sociedad
Mi apoyo,admiracion y respeto para ti Adrian.
Esta sera la primera vez que vote en blanco(nulo), porque segun me he informado y todos dicen, si no vas a votar, el partido mayoritario se apunta ese voto, y como no quiero beneficiar a nadie , pues votare en blanco.
Ojala mas gente fuera como tu Adrian, hay que acabar con el sistema antes de que el acabe con nosotros.
saludos
Esta sera la primera vez que vote en blanco(nulo), porque segun me he informado y todos dicen, si no vas a votar, el partido mayoritario se apunta ese voto, y como no quiero beneficiar a nadie , pues votare en blanco.
Ojala mas gente fuera como tu Adrian, hay que acabar con el sistema antes de que el acabe con nosotros.
saludos
Pachanix- Cantidad de envíos : 452
Nivel de Aportación : 470
Fecha de inscripción : 07/08/2011
Re: Carta de un objetor electoral a la sociedad
Perdón Pachanix pero el voto en blanco es un voto útil y se utiliza en la ecuación, el voto nulo (Voto con papelito dentro que no sea una papeleta electoral o ponga nulo) no es un voto computable, Un voto en blanco favorece a los partidos mayoritarios por que los pequeños necesitan más votos, un voto nulo no lo puede utilizar nadie, solo quedara reflejado en las gráficas.
Yo votare NULO, porque para hackear un sistema hay que estar dentro.
"Por otro lado he escuchado que en algunos recuentos los votos nulos los marcan como votos en blanco, pero no creo que sea posible, sería ilegal!"
Yo votare NULO, porque para hackear un sistema hay que estar dentro.
"Por otro lado he escuchado que en algunos recuentos los votos nulos los marcan como votos en blanco, pero no creo que sea posible, sería ilegal!"
Re: Carta de un objetor electoral a la sociedad
Ok entonces pondre en mi papel: ''No hay pan para tanto chorizo'' y pa dentro. voto nulo, y me quedo mas agusto que un arbusto jajajaja
Pachanix- Cantidad de envíos : 452
Nivel de Aportación : 470
Fecha de inscripción : 07/08/2011
Re: Carta de un objetor electoral a la sociedad
yo voy a echar una rodaja de chorizo literalmente, dentro del sobre
He compartido y comparto tu actitud.
Bravo, no solo te apoyo sino que he compartido y comparto tu actitud.
Hace ya unos años me tocó presentarme a una mesa electoral como suplente. Simplemente no me presenté. Por lo visto, nadie se molestó en denunciarme, por lo que aquí estoy sin más incidencias.
Sé que tu caso es diferente porque tú eres titular. Aunque quien sabe, quizás se presente tu suplente y nadie se moleste en denunciarte…
Un abrazo y mantennos informados.
Hace ya unos años me tocó presentarme a una mesa electoral como suplente. Simplemente no me presenté. Por lo visto, nadie se molestó en denunciarme, por lo que aquí estoy sin más incidencias.
Sé que tu caso es diferente porque tú eres titular. Aunque quien sabe, quizás se presente tu suplente y nadie se moleste en denunciarte…
Un abrazo y mantennos informados.
imutes- Cantidad de envíos : 11
Nivel de Aportación : 11
Fecha de inscripción : 21/10/2009
Re: Carta de un objetor electoral a la sociedad
Edificante e ilusionante!
Me pregunto por qué no todos salen de las universidades con las ideas así de claras y en vez son licenciados con adicción al sistema.
Me pregunto por qué no todos salen de las universidades con las ideas así de claras y en vez son licenciados con adicción al sistema.
Rasskol- Cantidad de envíos : 29
Nivel de Aportación : 29
Fecha de inscripción : 28/10/2011
Localización : la Tierra
Re: Carta de un objetor electoral a la sociedad
Quiero decir que me parece un acto totalmente loable por tu parte, defender tu posición ideológica, a pesar del castigo que sabes probablemente no podrás eludir, que inculca esta sociedad antipersonal a todos los que piensan por sí mismos, y no siguen la misma linea suicida que todos los que obedecen ciegamente las normas sin pensarlas antes un solo segundo, amparándose en el típico, yo sigo ordenes, (pues el que ordena un asesinato también es un asesino, quizás aún mas) o la defensa de la tradición por la tradición, lo cual no es un argumento, solo puedo decir, que animo a todos los demás ciudadanos a hacer exactamente lo mismo, (o cosas peores, para qué engañarnos?), y sobretodo, divulgar a los 4 vientos esta historia, para que todo el mundo reconozca el delito que comete este estado/reino castigando a los que no piensan como ellos quieren que piensen, y a poder ser, salvar a todos los objetores de consciencia de ser corregidos como perros. (ojala esto no fueran solo palabras...) Es un tema muy interesante de debatir.
Finalmente dicho esto me despido no sin antes dar las gracias a este hombre y a todas las demás personas que adopten esta posición , que al fin y al cabo, lo hacen no solo por ellos, sino por todos los demás. Si todos fuéramos así no podrían castigarnos. Animo!
Finalmente dicho esto me despido no sin antes dar las gracias a este hombre y a todas las demás personas que adopten esta posición , que al fin y al cabo, lo hacen no solo por ellos, sino por todos los demás. Si todos fuéramos así no podrían castigarnos. Animo!
Psic0killer- Cantidad de envíos : 27
Nivel de Aportación : 29
Fecha de inscripción : 17/11/2011
Re: Carta de un objetor electoral a la sociedad
Ahora vemos y seguiremos viendo cómo los medios vendidos hablan del 15 M pero con relación a los bancos, las hipotecas, el paro e incluso a la ley electoral, desviando la atención para que la gente no se una en torno a lo más urgente: una alternativa ante las Elecciones del 20 N. Gran parte del mundo está pendiente de lo que ocurra en España.
¡Todos a votar!
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=S7jCuFUuts4
¡Todos a votar!
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=S7jCuFUuts4
alonindark- Cantidad de envíos : 104
Nivel de Aportación : 131
Fecha de inscripción : 05/01/2009
Re: Carta de un objetor electoral a la sociedad
El vídeo está muy bien, pero me gustaría hacer una reflexión... Creo que es muy valida la opción de votar nulo, (como hacía yo por ejemplo en las elecciones a delegado del colegio, que siempre metía mas de una papeleta, con la consiguiente reacción lógica de tener que repetir la votación, o votando a gente que no se presentaba, o escribiendo cualquier cosa en la papeleta, obviamente amparándome en el anonimato. Pero bien, esto demostraría únicamente que me río del sistema, que no me lo tomo enserio, y además es algo que si lo hiciéramos todos inutilizaría las votaciones. Por otra parte, analicemos la otra opción lógica, darle el voto a uno de los partidos minoritarios (sin representación), partimos de la base que ningún partido representa mis ideas, ni siquiera el método me representa, pero bien, allá va el dilema, pongamos por ejemplo, que yo me decido a dar mi voto, a un partido minoritario, que defiende la legalización del cannabis, una opción que sí me representa, pero qué pasa? y e aquí mi reflexión... Realmente, esa opción si representaría mi ideología, pero el problema que se presenta, es que yo habría dado mi voto a ese partido sin conocer sus propuestas, que quizás solo son legalizar el cannabis, por lo tanto, (espero explicarme con claridad...) esa es la única opción que me representa de ese partido, y quizás ese partido no hará nada por las demás cosas importantes que sí me representan, una ley medioambiental, leyes de protección animal, arreglar la educación, la sanidad, buscar un sistema alternativo al capitalismo... y muchísimas otras cosas que sí me importan y los partidos mayoritarios (ni los minoritarios) no defienden. Entonces, llega el día de las elecciones, perfecto, y solo tenéis un voto, solo uno cada X años, tú a quien se lo darás? -Yo a la marihuana! -Yo a que repoblemos bosques -Yo al partido anti-taurino!
Pues dejadme deciros que para mí, las personas que votan así, son iguales o peores que las que votan al ppsoe, simplemente, porque
Solo podéis votar un cambio, solo uno, pero todos a la vez no son compatibles, porque no hay un partido que me represente a mí como persona, tengo que decidir a quien daré mi voto, cual de esas cosas me gustaría arreglar, solo una, así que creo que elegir cada X años que cosita quieres cambiar, eso además, partiendo de la base que ya me dirás de que vale tu voto cuando todo el mundo ya a levantado la mano, es una votación injusta, pongamos por caso el del partido de la marihuana -Ah pues yo voto al partido de la marihuana! Bien, estás en tu derecho, pero y que hay de todos los demás problemas? Los desconoces? No te importan? estás a favor? Realmente no importa, porque ese voto es: marihuana legal, esa persona a esperado años para poder decidir, marihuana legal, si no le ponen la vacuna de la gripe porque hay que ahorrar, pues mira, que se joda, no haber votado eso, haber usado mejor su (único) voto.
Es eso una representación ciudadana? o que cojones es? porque me gustaría que alguien me lo explique. Puesto que, por ejemplo, yo quería votar al partido de la marihuana, pero me parece que al hacerlo, solo representaría una falta de consciencia, sería algo así como, yo que legalicen la marihuana y todo lo demás me da igual, y eso sí que no... (mas sencillo, si votas legalicen la marihuana, aceptas que privaticen la sanidad, o mas bien dicho, pierdes el derecho a decidir lo, osea pues, tú no puedes decidir esto, porque tú ya decidiste, marihuana. Gastaste tu voto. )
No sé si me e explicado con claridad.. porque es un tema que no domino a la perfección, realmente yo no pienso ni ir a votar, ni nulo, pero simplemente me llama la atención, el tener un voto, para decidir una cosa (votando a un partido especifico me refiero) y que al hacerlo, pierdas la capacidad de votar cualquier otra cosa que te interese decidir. Y además, creo que haciéndolo solo demuestras una falta de consciencia social, negando cualquiera de los otros problemas graves y realmente importantes.
Realmente, te dan la oportunidad de decidir una cosa para quitarte la capacidad de decidir otras? O como va esto?
PD: Pongo esto como respuesta a este tema porque considero que tiene que ver con lo que se dice, en cuanto a la participación en las elecciones de las personas que no tienen un partido al que votar, pero también podría abrir un post nuevo para discutir lo que digo, (lo digo para que si empezamos a debatir sobre esto de algún modo, no desvirtuemos la verdadera esencia del post, que es la objeción de consciencia.) Gracias.
Pues dejadme deciros que para mí, las personas que votan así, son iguales o peores que las que votan al ppsoe, simplemente, porque
Solo podéis votar un cambio, solo uno, pero todos a la vez no son compatibles, porque no hay un partido que me represente a mí como persona, tengo que decidir a quien daré mi voto, cual de esas cosas me gustaría arreglar, solo una, así que creo que elegir cada X años que cosita quieres cambiar, eso además, partiendo de la base que ya me dirás de que vale tu voto cuando todo el mundo ya a levantado la mano, es una votación injusta, pongamos por caso el del partido de la marihuana -Ah pues yo voto al partido de la marihuana! Bien, estás en tu derecho, pero y que hay de todos los demás problemas? Los desconoces? No te importan? estás a favor? Realmente no importa, porque ese voto es: marihuana legal, esa persona a esperado años para poder decidir, marihuana legal, si no le ponen la vacuna de la gripe porque hay que ahorrar, pues mira, que se joda, no haber votado eso, haber usado mejor su (único) voto.
Es eso una representación ciudadana? o que cojones es? porque me gustaría que alguien me lo explique. Puesto que, por ejemplo, yo quería votar al partido de la marihuana, pero me parece que al hacerlo, solo representaría una falta de consciencia, sería algo así como, yo que legalicen la marihuana y todo lo demás me da igual, y eso sí que no... (mas sencillo, si votas legalicen la marihuana, aceptas que privaticen la sanidad, o mas bien dicho, pierdes el derecho a decidir lo, osea pues, tú no puedes decidir esto, porque tú ya decidiste, marihuana. Gastaste tu voto. )
No sé si me e explicado con claridad.. porque es un tema que no domino a la perfección, realmente yo no pienso ni ir a votar, ni nulo, pero simplemente me llama la atención, el tener un voto, para decidir una cosa (votando a un partido especifico me refiero) y que al hacerlo, pierdas la capacidad de votar cualquier otra cosa que te interese decidir. Y además, creo que haciéndolo solo demuestras una falta de consciencia social, negando cualquiera de los otros problemas graves y realmente importantes.
Realmente, te dan la oportunidad de decidir una cosa para quitarte la capacidad de decidir otras? O como va esto?
PD: Pongo esto como respuesta a este tema porque considero que tiene que ver con lo que se dice, en cuanto a la participación en las elecciones de las personas que no tienen un partido al que votar, pero también podría abrir un post nuevo para discutir lo que digo, (lo digo para que si empezamos a debatir sobre esto de algún modo, no desvirtuemos la verdadera esencia del post, que es la objeción de consciencia.) Gracias.
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