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Los despropósitos del Dr. Eduard Estivill
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Los despropósitos del Dr. Eduard Estivill
Voy a colocar en este hilo todos los despropósitos en forma de libros y artículos que hace el Doctor Eduard Estivill. Ya que creo que es importante para todas las madres y sobre todo para los bebes el ignorar sus consejos por completo por el bien de la humanidad.
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Para empezar os comento quien este hombre:
Eduard Estivill
Es director de la Unidad de Alteraciones del Sueño del Institut Dexeus de Barcelona, que goza de prestigio mundial y en la cual se realizan programas de investigación y ensayos clínicos de nuevos medicamentos, aparte de atender más de dos mil consultas al año de personas afectadas por las más diversas alteraciones del sueño y ejercer una gran labor de difusión en los medios de comunicación sobre la patología del sueño.
Duérmete Niño
“Duérmete Niño” es un libro sobre cómo solucionar los problemas del sueño infantil a través de un método un tanto polémico al que se le ha denominado “Método Estivill”.
Pediatría con sentido común para padres y madres con sentido común
Reciente libro del Dr. Estivill dónde da consejos a los padres sobre como criar a sus hijos.
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Y por último una serie de artículos que muestran la falsedad de sus “investigaciones” y los posibles daños que pueden provocar en el niño y en el círculo familiar:
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Para empezar os comento quien este hombre:
Eduard Estivill
Es director de la Unidad de Alteraciones del Sueño del Institut Dexeus de Barcelona, que goza de prestigio mundial y en la cual se realizan programas de investigación y ensayos clínicos de nuevos medicamentos, aparte de atender más de dos mil consultas al año de personas afectadas por las más diversas alteraciones del sueño y ejercer una gran labor de difusión en los medios de comunicación sobre la patología del sueño.
Duérmete Niño
“Duérmete Niño” es un libro sobre cómo solucionar los problemas del sueño infantil a través de un método un tanto polémico al que se le ha denominado “Método Estivill”.
Pediatría con sentido común para padres y madres con sentido común
Reciente libro del Dr. Estivill dónde da consejos a los padres sobre como criar a sus hijos.
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Y por último una serie de artículos que muestran la falsedad de sus “investigaciones” y los posibles daños que pueden provocar en el niño y en el círculo familiar:
El Método Estivill: el último eslabón de una larga cadena de doctrinas psicológicas
Fuente: PRODENI. Asociación Pro Derechos del Niño y la Niña declarada de Utilidad Pública.
Por: Juan Campos. Psicoterapeuta y Escritor.
El Método Estivill: el último eslabón de una larga cadena de doctrinas psicológicas y médicas hostiles a la Infancia.
¿Cómo se debe criar a los bebés y educar a los niños?
Si la Ciencia representa el conocimiento más seguro, universal y preciso sobre un tema parecería natural que cualquier persona razonable buscase la respuesta a esta pregunta entre los expertos profesionales, las personas formadas en el dominio de la Psicología Infantil. Sin embargo, surge un problema al comprobar que algunos, formados en el estudio de esta Ciencia- psicólogos, psicoterapeutas o pediatras- discrepamos de un buen número de doctrinas respaldadas por las corrientes dominantes en ella, que denunciamos como ideología hostil a la naturaleza y a las necesidades afectivas de los niños.
Ciertamente la Psicología Infantil no es sólo ideología. Contiene hechos verificados y relaciones de probable causalidad entre fenómenos difícilmente cuestionables.
Pero lo que tiene de Ciencia se presenta con frecuencia contaminado por prejuicios más o menos ocultos y por valores no siempre transparentes ni asumibles. Los valores y los sentimientos forman parte esencial de esta Ciencia por ser su objeto los seres humanos en el comienzo de sus vidas.
Lo más llamativo es constatar la persistente hostilidad de La Psicología hacia los niños, la tendencia a injuriar su naturaleza cognitiva y afectiva y la recomendación de prácticas basadas en el sufrimiento pedagógico. Por sufrimiento pedagógico entiendo la apología de actitudes por parte de los adultos que por razones de crianza-pseudomédicas- o educación-pseudopsicológicas- causen dolor y malestar a los niños.
Todo bebé sufrirá inevitablemente dolores, frustraciones y limitaciones derivados de su dependencia y vulnerabilidad y de los azares de la naturaleza: dentición, fiebres, caídas, accidentes, frío, calor, a veces pérdidas de seres queridos, miseria, sobresaltos etc. Cualquier adulto con una sensibilidad moral adecuada se esfuerza en paliar estos malestares de los niños a su cargo. Pero buena parte de nuestros expertos, no contentos con que los niños soporten este sufrimiento inevitable en el existir humano, insisten en que el buen educador debe añadir a este sufrimiento otro con fines puramente formativos. A esto llama Alice Miller la pedagogía negra o venenosa.
En sus versiones más reprobables estas doctrinas llegan a negar que lo que a todas luces es señal de dolor y angustia en el bebé realmente lo sea. Se invalidan así los sentimientos del niño. Antes de dominar el lenguaje el bebé expresa su malestar, su soledad, su miedo, su dolor, su aburrimiento por medio del llanto. Su placer lo expresa con gorjeos, sonrisas, risas y otros sonidos que no pueden confundirse con las expresiones de sufrimiento. No pueden... salvo que uno sea un experto formado en Psicología. Dice por ejemplo el Dr. Estivill, para eludir justificar y debatir sus doctrinas, que las críticas a su método provienen solamente del Psicoanálisis. Se equivoca doblemente; en primer lugar porque muchos de los profesionales que rechazamos sus métodos no somos psicoanalistas y en segundo lugar porque el más somero estudio de los clásicos del Psicoanálisis le permitiría descubrir hasta qué punto su actitud de dejar a los bebés llorar sin consolarlos la han compartido Freud y sus seguidores.
Véase por ejemplo lo que escribía Melanie Klein, según muchos la psicoanalista más creativa desde Freud, a mediados del siglo XX:
“El primer y más natural resultado de nuestro conocimiento será por encima de todo la evitación de factores que el Psicoanálisis nos ha enseñado a considerar como gravemente injuriosos para la mente del niño. Exigiremos por tanto como una necesidad incondicional que el niño, desde el nacimiento, no comparta el dormitorio paterno”.
Y Donal W. Winnicott, pediatra y en su día presidente de la Internacional Psicoanalítica, hacía afirmaciones tan falsas, crueles y delirantes sobre el llanto infantil como las de Estivill:
“La mayoría de los bebés lloran mucho...Debería hablar primero del llanto de satisfacción, casi por placer...el placer forma parte de cualquier función corporal, así que una cierta cantidad de llanto puede decirse a veces que es satisfactoria para el lactante, mientras que menos de esa cantidad no hubiese sido suficiente”.
Se ha señalado que no hay nada original en el método Estivill, lo que es cierto. Está calcado del conductista Ferber. Pero quienes estudiábamos Psicología en los setenta ya conocíamos por Skinner estos métodos. Y ya en los años veinte Watson, el fundador del Conductismo, afirmaba con tanta rotundidad como ignorancia que:
“Las madres sencillamente no saben que, cuando besan a sus niños, los cogen y los acunan, los acarician y los columpian en sus rodillas, están lentamente creando un ser humano totalmente incapaz de enfrentarse al mundo en el que más tarde va a vivir”.
Suena familiar.
En los mismos años Ian D. Suttie, un psiquiatra escocés autor de un libro excelente en el que rebatía las doctrinas freudianas y su pesimismo antropológico, narraba su debate con el psicoanalista heterodoxo Alfred Adler, precisamente porque éste en su conferencia había defendido la necesidad de no acudir al llanto de los bebés.
En los años ochenta trabajé en la Escuela de la psicoanalista lacaniana Maud Mannoni. Nuestra niña había cumplido un año y seguía alimentándose a la demanda al pecho materno. Tanto su madre, la psicoterapeuta Helen McCormack, como yo nos esforzábamos en responder a sus necesidades con la mayor prontitud posible y practicábamos el colecho, por ejemplo, cuando la niña lo pedía. Los lacanianos fruncían el ceño y nos recriminaban nuestra actitud. En su jerga no estábamos imponiendo la Ley del Padre, la Castración Simbólica y todo el resto de patrañas pretenciosas y esotéricas en las que se expresa esa secta. El resultado fue una niña que lejos de convertirse en una retrasada o psicótica como anunciaban llegó a ser una joven equilibrada, despierta e independiente.
Encontramos advertencias contra el exceso de ternura en Freud, a quien Paul Roazen recordaba riñendo a una nuera por su cariñosa actitud hacia su bebé, en Psicoterapeutas Humanísticos como Maslow o Perls, quien se burla de los traumas de los niños, que él considera inexistentes y aboga por la frustración “educativa”. En Pediatría un médico neocelandés, Truby King, dominó la doctrina oficial en Estados Unidos e Inglaterra a mediados del siglo pasado imponiendo la lactancia rígidamente regulada por reloj, con lo que muchos bebés fueron abandonados al llanto por hambre o falta de contacto durante muchas horas de su vida.
Una de las últimas contribuciones a la teoría de la bondad del llanto no atendido la encontramos en la doctora Solter y en los practicantes del “Co-counselling” y algunos-no todos- terapeutas Primales. Según ellos hay una clase de llanto que hay que “permitir” y no consolar en los bebés. Se trata, dicen, de llanto provocado por la necesidad de expresar traumas antiguos que no hay que “reprimir”. Esta es una idea absurda, pues una persona sensible no reprime el llanto, no le pone una mano en la boca al bebé, ni menos, como hace la pedagogía venenosa con niños mayores, los ridiculiza y avergüenza por llorar, sino que intenta encontrar las causas del llanto y en todo caso coge al bebé si éste lo permite, lo mece, le habla o le canta y le escucha para calmarlo, porque el llanto no consolado, lejos de ser una catarsis, un alivio para el bebé, se alimenta de sí mismo y multiplica la angustia hasta llegar a veces al paroxismo.
La persistencia de tanto sinsentido en la Psicología Infantil sólo es explicable por la presencia de poderosos factores extracientíficos, emocionales en este caso, derivados de una tradición de siglos y de la condición humana de los profesionales que antes que científicos han sido bebés y han quedado profunda y, con frecuencia, destructivamente marcados por esas vivencias tempranas.
Crítica al libro "Duérmete, niño" del Dr. Estivill
Desde la Asociación Primal, queremos denunciar públicamente el libro "Duérmete, niño" del Dr. Eduard Estivill, porque está contribuyendo muy negativamente a confundir a cientos de miles de padres desesperados que han encontrado en este libro una solución a sus problemas de sueño.
El Dr. Estivill ha logrado convencer a muchos padres de que la aplicación de su método es “por el bien del niñ@”, algo que tranquiliza a los padres, los ayuda a dormir, y los hace más insensibles a las necesidades de su bebé.
El autor da a entender que el niñ@ “necesita” que los padres se comporten así con él (por su propio bien, por supuesto), y parte de la premisa de que los bebés necesitan "aprender" a dormir, como si los bebés no supieran dormir. Lo que no saben es dormir cuando sus padres “necesitan” que duerman o cuando están luchando para que se atiendan sus necesidades primarias
Con el método Estivill (que es una copia más o menos sofisticada de los métodos de crianza conductistas tipo Feber - métodos inspirados en dicho autor), el bebé no se duerme, sino que se adormece para intentar reprimir la catastrófica realidad de estar bajo el cuidado de unos padres tan poco sensibles a sus necesidades básicas; y se adormece también para intentar evitar "perder el sueño” y perder la esperanza de que algún día sus necesidades primarias vayan a ser satisfechas.
La aplicación del método del Dr. Estivill es seguramente efectiva en muchos casos, pero ¿a cambio de qué? A cambio de producir serios trastornos emocionales al niñ@-bebé y, en algunos casos, a cambio de hacer también peligrar su integridad física.
Sin embargo, esta alarmante posibilidad no es sino la dramática punta de un iceberg que esconde una represión sutil y sistemática de las necesidades primarias del niñ@-bebé, en un intento por conseguir que el niñ@-bebé "aprenda" a dormir solo desde muy pequeñ@.
Muchos de los padres que siguen el método como si fuera su nueva religión no tardarán mucho tiempo en comprobar los daños psicológicos causados por este método de "adoctrinamiento" conductista que, entre otras cosas, parece dar a entender que el niñ@-bebé es un ser manipulador por naturaleza.
En el libro, el autor afirma cosas evidentes y aporta datos interesantes, pero los consejos mas importantes son verdaderamente perjudiciales, y están adornados de una aparente sabiduría científica que enmascara con éxito su ignorancia.
El libro del Dr. Estivill debería de titularse más bien "Cómo criar a un bebé neurótico y pensar que lo estás haciendo bien".
La incomprensión del autor de las necesidades primarias de los bebés es alarmante (especialmente el capítulo IV), y algunos comentarios podrían resultar entretenidos y chistosos si el método no fuera tan dramáticamente perjudicial para el niñ@-bebé.
En cualquier caso, los "chistosos" comentarios para intentar hacer la lectura del libro amena deberían de sonar ridículos y patéticos a cualquier madre/padre mínimamente sensible.
El método del Dr. Estivill no sólo no ayuda a los padres a satisfacer la necesidad del bebé de compañía, contacto físico y seguridad (durante el día y la noche), sino que las convierte en carencias crónicas. El bebé deja de quejarse (llorar, patalear, gritar,...) porque deja de sentir esas necesidades primarias, o más bien decide bloquear la sensación de su necesidad e intenta sustituirla con alguna necesidad simbólica.
Pero el bebé no puede hacer desaparecer una necesidad primaria (ya que estamos hablando de necesidades esenciales, vitales o básicas), tan solo puede "adormecer" una parte de su ser (una especie de muerte parcial invisible que pasa desapercibida a la mayoría de los adultos).
Este "adormecimiento" es una maniobra instintiva del organismo para sobrevivir. De lo contrario, podría llevar al bebé incluso a su propia muerte "física".
El Dr. Estivill muestra claramente su “miopía emocional” con frases como estas, extraídas del capítulo 4º de su libro:
“...no dudéis que vuestro “corazoncito” flaqueará cuando oigáis llorar a vuestro hijo...”
“...lo más probable es que en ese momento esté llorando a moco tendido... Ni caso. Seguid hablando como si nada...”
“...Es ahora cuando papá y mamá han de mostrar su verdadera fortaleza. No deberán pensar en Juanito, que alza sus bracitos con cara de morirse de pena...”
“...lo lógico es que llore, grite, vomite, patalee, diga “sed”, “hambre”, “pupa”, “no te quiero”... lo que sea con tal de conseguir que os dobleguéis, pero ni os inmutéis ... Y si os cuesta mucho, pensad que lo estáis haciendo por su salud y la de toda la familia...”
”...porque es Juanito quien se ha de adaptar a vosotros y no vosotros a él...”
Con estas líneas sacadas de contexto, no pretendo cuestionar las buenas intenciones del autor, sino reflejar fielmente su obsesión por dominar al bebé hasta que se acostumbre a dormir solo.
Uno de los argumentos más frecuentes utilizados por quienes apoyan los métodos tipo Estivill tiene que ver con el riesgo de aplastamiento o asfixia del bebé al dormir con sus padres, lo cual ha sido relacionado de forma incorrecta con lo que se conoce como "muerte súbita".
Para acallar una parte de esos argumentos, incluimos el siguiente recuadro explicativo:
La Muerte Súbita
Los casos de "muerte súbita", que suceden a bebés médicamente sanos, casi siempre se producen cuando el bebé duerme solo en su cuna (y generalmente en su propia habitación), y los científicos aún no han encontrado ninguna explicación razonable.
Según "The Foundation for the Study of Infant Deaths" (la fundación para el estudio de la muerte súbita), la mayoría de los fallecimientos se producen en la cuna y durante el invierno. Aunque casi siempre se achaca la muerte a la asfixia, se sabe que la asfixia no es la causa más frecuente.
En los casos de "muerte súbita" de bebés que duermen con sus padres, estos suelen producirse en hogares cuyos padres tienen problemas de alcoholismo, drogodependencia o son excesivamente obesos.
Por lo tanto, en un hogar cuyos padres no sufran ninguno de estos problemas es más seguro para el bebé dormir en la cama con sus padres que dormir solo.
Se sabe también que el nivel de mortandad "sin causa aparente" de los bebés en los hospicios ha sido siempre muy superior al de los bebés que viven con sus padres. Esto no es una coincidencia, sino que es un reflejo directo de la falta de contacto físico (durante el día y la noche), la soledad y la inseguridad emocional.
Los trastornos del sueño, al igual que otros problemas del niñ@-bebé, no pueden ser tratados como procesos independientes, sino como parte integral de toda una forma de sentir; y esto no se puede comprender sin una visión global de las necesidades primarias del niñ@-bebé y la satisfacción de las mismas.
Las experiencias de los bebés durante sus primeros meses y años de vida son fundamentales para su felicidad futura. Si no conseguimos que nuestros hij@s se sientan amados durante la temprana infancia, pasarán el resto de su infancia en una agonía invisible, y el resto de sus vidas buscando, sin saberlo, el amor y la comprensión que nunca tuvieron cuando eran más pequeñ@s.
Ángel Álvarez
Fundador de la Asociación Primal)
El Dr. Estivill ha logrado convencer a muchos padres de que la aplicación de su método es “por el bien del niñ@”, algo que tranquiliza a los padres, los ayuda a dormir, y los hace más insensibles a las necesidades de su bebé.
El autor da a entender que el niñ@ “necesita” que los padres se comporten así con él (por su propio bien, por supuesto), y parte de la premisa de que los bebés necesitan "aprender" a dormir, como si los bebés no supieran dormir. Lo que no saben es dormir cuando sus padres “necesitan” que duerman o cuando están luchando para que se atiendan sus necesidades primarias
Con el método Estivill (que es una copia más o menos sofisticada de los métodos de crianza conductistas tipo Feber - métodos inspirados en dicho autor), el bebé no se duerme, sino que se adormece para intentar reprimir la catastrófica realidad de estar bajo el cuidado de unos padres tan poco sensibles a sus necesidades básicas; y se adormece también para intentar evitar "perder el sueño” y perder la esperanza de que algún día sus necesidades primarias vayan a ser satisfechas.
La aplicación del método del Dr. Estivill es seguramente efectiva en muchos casos, pero ¿a cambio de qué? A cambio de producir serios trastornos emocionales al niñ@-bebé y, en algunos casos, a cambio de hacer también peligrar su integridad física.
Sin embargo, esta alarmante posibilidad no es sino la dramática punta de un iceberg que esconde una represión sutil y sistemática de las necesidades primarias del niñ@-bebé, en un intento por conseguir que el niñ@-bebé "aprenda" a dormir solo desde muy pequeñ@.
Muchos de los padres que siguen el método como si fuera su nueva religión no tardarán mucho tiempo en comprobar los daños psicológicos causados por este método de "adoctrinamiento" conductista que, entre otras cosas, parece dar a entender que el niñ@-bebé es un ser manipulador por naturaleza.
En el libro, el autor afirma cosas evidentes y aporta datos interesantes, pero los consejos mas importantes son verdaderamente perjudiciales, y están adornados de una aparente sabiduría científica que enmascara con éxito su ignorancia.
El libro del Dr. Estivill debería de titularse más bien "Cómo criar a un bebé neurótico y pensar que lo estás haciendo bien".
La incomprensión del autor de las necesidades primarias de los bebés es alarmante (especialmente el capítulo IV), y algunos comentarios podrían resultar entretenidos y chistosos si el método no fuera tan dramáticamente perjudicial para el niñ@-bebé.
En cualquier caso, los "chistosos" comentarios para intentar hacer la lectura del libro amena deberían de sonar ridículos y patéticos a cualquier madre/padre mínimamente sensible.
El método del Dr. Estivill no sólo no ayuda a los padres a satisfacer la necesidad del bebé de compañía, contacto físico y seguridad (durante el día y la noche), sino que las convierte en carencias crónicas. El bebé deja de quejarse (llorar, patalear, gritar,...) porque deja de sentir esas necesidades primarias, o más bien decide bloquear la sensación de su necesidad e intenta sustituirla con alguna necesidad simbólica.
Pero el bebé no puede hacer desaparecer una necesidad primaria (ya que estamos hablando de necesidades esenciales, vitales o básicas), tan solo puede "adormecer" una parte de su ser (una especie de muerte parcial invisible que pasa desapercibida a la mayoría de los adultos).
Este "adormecimiento" es una maniobra instintiva del organismo para sobrevivir. De lo contrario, podría llevar al bebé incluso a su propia muerte "física".
El Dr. Estivill muestra claramente su “miopía emocional” con frases como estas, extraídas del capítulo 4º de su libro:
“...no dudéis que vuestro “corazoncito” flaqueará cuando oigáis llorar a vuestro hijo...”
“...lo más probable es que en ese momento esté llorando a moco tendido... Ni caso. Seguid hablando como si nada...”
“...Es ahora cuando papá y mamá han de mostrar su verdadera fortaleza. No deberán pensar en Juanito, que alza sus bracitos con cara de morirse de pena...”
“...lo lógico es que llore, grite, vomite, patalee, diga “sed”, “hambre”, “pupa”, “no te quiero”... lo que sea con tal de conseguir que os dobleguéis, pero ni os inmutéis ... Y si os cuesta mucho, pensad que lo estáis haciendo por su salud y la de toda la familia...”
”...porque es Juanito quien se ha de adaptar a vosotros y no vosotros a él...”
Con estas líneas sacadas de contexto, no pretendo cuestionar las buenas intenciones del autor, sino reflejar fielmente su obsesión por dominar al bebé hasta que se acostumbre a dormir solo.
Uno de los argumentos más frecuentes utilizados por quienes apoyan los métodos tipo Estivill tiene que ver con el riesgo de aplastamiento o asfixia del bebé al dormir con sus padres, lo cual ha sido relacionado de forma incorrecta con lo que se conoce como "muerte súbita".
Para acallar una parte de esos argumentos, incluimos el siguiente recuadro explicativo:
La Muerte Súbita
Los casos de "muerte súbita", que suceden a bebés médicamente sanos, casi siempre se producen cuando el bebé duerme solo en su cuna (y generalmente en su propia habitación), y los científicos aún no han encontrado ninguna explicación razonable.
Según "The Foundation for the Study of Infant Deaths" (la fundación para el estudio de la muerte súbita), la mayoría de los fallecimientos se producen en la cuna y durante el invierno. Aunque casi siempre se achaca la muerte a la asfixia, se sabe que la asfixia no es la causa más frecuente.
En los casos de "muerte súbita" de bebés que duermen con sus padres, estos suelen producirse en hogares cuyos padres tienen problemas de alcoholismo, drogodependencia o son excesivamente obesos.
Por lo tanto, en un hogar cuyos padres no sufran ninguno de estos problemas es más seguro para el bebé dormir en la cama con sus padres que dormir solo.
Se sabe también que el nivel de mortandad "sin causa aparente" de los bebés en los hospicios ha sido siempre muy superior al de los bebés que viven con sus padres. Esto no es una coincidencia, sino que es un reflejo directo de la falta de contacto físico (durante el día y la noche), la soledad y la inseguridad emocional.
Los trastornos del sueño, al igual que otros problemas del niñ@-bebé, no pueden ser tratados como procesos independientes, sino como parte integral de toda una forma de sentir; y esto no se puede comprender sin una visión global de las necesidades primarias del niñ@-bebé y la satisfacción de las mismas.
Las experiencias de los bebés durante sus primeros meses y años de vida son fundamentales para su felicidad futura. Si no conseguimos que nuestros hij@s se sientan amados durante la temprana infancia, pasarán el resto de su infancia en una agonía invisible, y el resto de sus vidas buscando, sin saberlo, el amor y la comprensión que nunca tuvieron cuando eran más pequeñ@s.
Ángel Álvarez
Fundador de la Asociación Primal)
Reflexiones sobre el Método Estivill
Rosa Jové, psicóloga clínica y psicopediatra, expone en este artículo sus reflexiones y opiniones sobre el conocido Método Estivill para enseñar a dormir a los niños.
1. No estoy en contra del método. Simplemente quiero lo mismo que se les pide a otros métodos o fármacos; es decir, que alguien me demuestre que no son perjudiciales para la salud.
De momento no hay ningún estudio que demuestre que a los niños que se les ha aplicado este método no tengan secuelas psicológicas de mayores. En cambio hay estudios científicos importantes (Spitz, Harlow, Bolwby, Mckenna,....) sobre lo perjudicial que es dejar llorar a los niños, no consolarlos, dejarlos solos etc...
El día que me demuestren que no es perjudicial para la salud quizás lo recomiende, mientras tanto......no.
2. No estoy en contra del método. Simplemente quiero que me demuestren lo que dicen.
No hay en todo el libro de Estivill una nota bibliográfica de ningún estudio y de ningún autor que avalen sus palabras. Me enseñaron en la universidad que todo trabajo científico debe ir acompañado de estudios y citas que avalen lo que uno dice; en caso contrario, no es ciencia, sino periodismo. Por cierto.....¿por qué un hombre de “ciencia”, como Estivill, elige a una periodista, como Silvia de Béjar, para escribir su libro?
El día que me demuestren lo que dicen quizás lo recomiende, mientras tanto....no.
3. No estoy en contra del método. Simplemente quiero que me demuestren que sirve para solucionar los problemas del sueño.
Estivill dice en el prólogo de su libro que funciona en el 96% de los casos (sin citar ningún estudio que avale sus palabras, ¡claro!). En cambio en el capítulo VI cita que hay problemas que no tiene solución como las pesadillas (45% de niños), el sonambulismo (15%), etc... A ver, repasemos matemáticas. Si del 100% de niños con problemas de sueño (donde se supone que incluye a los de las pesadillas) el 96% se “curan” con el método, pero el 45% del 100% no pueden ser curados...... hay algo en esta suma que me falla. O me sobran niños o me faltan curaciones.
¿Qué pasa? Pues que Estivill no tiene la solución para los verdaderos problemas del sueño. Solo trata esos casos leves de niños que tienen necesidad de sus padres para dormir (cosa que se cura sola con el tiempo). Lo único que les “enseña” a los niños con su método es a darse cuenta de que nadie les hará caso y, por lo tanto, a la larga aprenden a no quejarse más. Muchos ni siquiera se duermen enseguida, sino que se quedan quietos en silencio.
El día que me demuestren que sirve para solucionar los problemas del sueño quizás lo recomiende, mientras tanto....no.
4. No estoy en contra del método. Simplemente creo, como hacemos la mayoría de profesionales de la salud, que ante un diagnóstico es de elección el tratamiento menos agresivo para la persona.
Ante un niño que todavía necesita dormir en compañía o que le duerman, hay muchas cosas que funcionan, entre ellas el mecerlos, el dormir acompañados o el dejar pasar el tiempo. La mayoría de problemas se resuelven solos, y ¡total! si el método es tan bueno, funcionará igual a los pocos meses que a los 3 años (época en la que se suelen solucionar gran parte de los problemas). ¿Por qué empezar con el que hará sufrir más a nuestro hijo?
El día que me demuestren que es el único método que funciona en estos casos (o el menos agresivo) quizás lo recomiende, mientras tanto......no.
5. No estoy en contra del método. Simplemente me pregunto ¿qué método?
Desde Valman hasta Estivill conozco varios autores que se han adjudicado la autoría del método en los últimos 30 años. El que mejor lo ha desarrollado es Ferber (de hecho, menos en España, en todo el mundo a nuestro supuesto método Estivill, le llaman método Ferber). Si tiene la oportunidad de ojear su libro “Solucione los Problemas de Sueño de su Hijo” (Ed. Medici), en la página 91 verá publicado el método “Estivill” 5 años antes de que el primer “Duermete niño” apareciera en el mercado.
¡Ah! ¡Por eso lo escribió una periodista! Estivill simplemente hizo de intermediario: cogió las ideas de Ferber y se las dio a Silvia de Béjar.
El día que me demuestren que el método Estivill no es una estafa quizás lo recomiende, mientras tanto......no.
6. No estoy en contra del método. Simplemente tengo una lista con 10 o 15 preguntas más que me quedan sin contestar.
Soy persona de ciencia (o lo intento) y necesito respuestas antes de hacer llorar a mi hijo.
El día que me den todas las respuestas que necesito quizás lo recomiende, mientras tanto..... intente no creer todo lo que la publicidad dice. Busque, investigue y pregúntese. Sus hijos lo merecen.
1. No estoy en contra del método. Simplemente quiero lo mismo que se les pide a otros métodos o fármacos; es decir, que alguien me demuestre que no son perjudiciales para la salud.
De momento no hay ningún estudio que demuestre que a los niños que se les ha aplicado este método no tengan secuelas psicológicas de mayores. En cambio hay estudios científicos importantes (Spitz, Harlow, Bolwby, Mckenna,....) sobre lo perjudicial que es dejar llorar a los niños, no consolarlos, dejarlos solos etc...
El día que me demuestren que no es perjudicial para la salud quizás lo recomiende, mientras tanto......no.
2. No estoy en contra del método. Simplemente quiero que me demuestren lo que dicen.
No hay en todo el libro de Estivill una nota bibliográfica de ningún estudio y de ningún autor que avalen sus palabras. Me enseñaron en la universidad que todo trabajo científico debe ir acompañado de estudios y citas que avalen lo que uno dice; en caso contrario, no es ciencia, sino periodismo. Por cierto.....¿por qué un hombre de “ciencia”, como Estivill, elige a una periodista, como Silvia de Béjar, para escribir su libro?
El día que me demuestren lo que dicen quizás lo recomiende, mientras tanto....no.
3. No estoy en contra del método. Simplemente quiero que me demuestren que sirve para solucionar los problemas del sueño.
Estivill dice en el prólogo de su libro que funciona en el 96% de los casos (sin citar ningún estudio que avale sus palabras, ¡claro!). En cambio en el capítulo VI cita que hay problemas que no tiene solución como las pesadillas (45% de niños), el sonambulismo (15%), etc... A ver, repasemos matemáticas. Si del 100% de niños con problemas de sueño (donde se supone que incluye a los de las pesadillas) el 96% se “curan” con el método, pero el 45% del 100% no pueden ser curados...... hay algo en esta suma que me falla. O me sobran niños o me faltan curaciones.
¿Qué pasa? Pues que Estivill no tiene la solución para los verdaderos problemas del sueño. Solo trata esos casos leves de niños que tienen necesidad de sus padres para dormir (cosa que se cura sola con el tiempo). Lo único que les “enseña” a los niños con su método es a darse cuenta de que nadie les hará caso y, por lo tanto, a la larga aprenden a no quejarse más. Muchos ni siquiera se duermen enseguida, sino que se quedan quietos en silencio.
El día que me demuestren que sirve para solucionar los problemas del sueño quizás lo recomiende, mientras tanto....no.
4. No estoy en contra del método. Simplemente creo, como hacemos la mayoría de profesionales de la salud, que ante un diagnóstico es de elección el tratamiento menos agresivo para la persona.
Ante un niño que todavía necesita dormir en compañía o que le duerman, hay muchas cosas que funcionan, entre ellas el mecerlos, el dormir acompañados o el dejar pasar el tiempo. La mayoría de problemas se resuelven solos, y ¡total! si el método es tan bueno, funcionará igual a los pocos meses que a los 3 años (época en la que se suelen solucionar gran parte de los problemas). ¿Por qué empezar con el que hará sufrir más a nuestro hijo?
El día que me demuestren que es el único método que funciona en estos casos (o el menos agresivo) quizás lo recomiende, mientras tanto......no.
5. No estoy en contra del método. Simplemente me pregunto ¿qué método?
Desde Valman hasta Estivill conozco varios autores que se han adjudicado la autoría del método en los últimos 30 años. El que mejor lo ha desarrollado es Ferber (de hecho, menos en España, en todo el mundo a nuestro supuesto método Estivill, le llaman método Ferber). Si tiene la oportunidad de ojear su libro “Solucione los Problemas de Sueño de su Hijo” (Ed. Medici), en la página 91 verá publicado el método “Estivill” 5 años antes de que el primer “Duermete niño” apareciera en el mercado.
¡Ah! ¡Por eso lo escribió una periodista! Estivill simplemente hizo de intermediario: cogió las ideas de Ferber y se las dio a Silvia de Béjar.
El día que me demuestren que el método Estivill no es una estafa quizás lo recomiende, mientras tanto......no.
6. No estoy en contra del método. Simplemente tengo una lista con 10 o 15 preguntas más que me quedan sin contestar.
Soy persona de ciencia (o lo intento) y necesito respuestas antes de hacer llorar a mi hijo.
El día que me den todas las respuestas que necesito quizás lo recomiende, mientras tanto..... intente no creer todo lo que la publicidad dice. Busque, investigue y pregúntese. Sus hijos lo merecen.
El Dr. Estivill evitó seguir su método con su nieto (y consigo mismo)
Todos conocemos la conocida frase o consejo “prediquemos con el ejemplo” que quiere decir que la mejor manera de explicar algo es mediante nuestros actos o apoyando nuestras palabras con los hechos.
El Dr. Estivill es autor de varios libros, los más conocidos son Duérmete niño, dedicado a enseñar a los niños a ‘dormir bien’, es decir, evitando que por la noche se despierten (pese a ser algo natural) mediante métodos conductistas muy cuestionados y ¡A comer!, un manual para incorporar buenos hábitos en los niños, algo así como que se coma lo que hay, le guste o no y que no se levante de la mesa.
Hasta aquí ninguna novedad, la corriente generada por Estivill es por todos conocida y al igual que tiene muchos detractores, también tiene muchos defensores. Unos y otros piensan que hacen lo mejor por sus hijos, por tanto tan respetable es formar parte de un grupo como del otro.
Ahora bien, ¿qué sensación queda cuando el maestro y mentor no sigue sus propias recomendaciones?
En una entrevista realizada para Capio Sanidad, Magazine del Hospital General de Catalunya, para el que trabaja el Dr. Estivill, afirma en relación a su nieto que “evitamos tener que seguir el ‘Método Estivill’, no hizo falta reeducarlo porque aprendió desde el primer día”. Según explica dormía seis horas seguidas a los tres meses y toda la noche a los 6 meses. Por eso “evitaron” tener que utilizarlo.
Según su libro a los 3 meses debe comenzar la “tarea de inculcarle un buen hábito del sueño” y recomienda que “desde el tercer mes no os levantéis a cogerlo ante el primer gemido”. Es decir, a los 3 meses ya se inicia el método Estivill. Comenta que su nieto se despertaba a las 6 horas con 3 meses, luego no dormía toda la noche.
Por ejemplificar, si se dormía a las 21 horas de la noche, se despertaba a las 3 de la mañana. ¿Quiere decir con esto que al despertarse a las 6 horas de haberse dormido, según mi ejemplo a las 3 de la mañana, no llevaron a cabo el método? ¿Quiere decir que con su nieto sí acudían raudos pero que el resto de padres y madres debemos esperar un rato?
Comenta también en la entrevista que “siempre hay alguna cosa que los cuidadores hacen mal y por eso el niño no duerme. Nunca es culpa del niño (…) los niños reciben los problemas de ansiedad, los conflictos de la pareja o el estrés de los padres y eso les afecta”, es decir, los niños ya saben dormir por sí solos, si tardan en dormirse y se despiertan es culpa de los padres.
En la contraportada del libro podemos leer “el 35 por ciento de los niños menores de 5 años padecen insomnio infantil” y en el libro habla de ello como un hábito que debemos enseñar a los niños, sin embargo ahora parece ser que los niños duermen mal porque los padres tenemos la culpa. Estoy seguro que cientos de padres de carácter afable y tranquilo pueden atestiguar que sus hijos también tardan en dormir y se despiertan de noche pese a que no hay un entorno de estrés y/o ansiedad.
Tras esta afirmación del Dr. Estivill, y si fuera cierto, ¿no sería más fácil ir a la raíz del problema e intentar eliminar los factores del entorno que producen estrés y ansiedad en el niño? ¿por qué la solución a los problemas de los padres pasa por enseñar a los niños a vivir con ellos pero ahogando los síntomas?
Las recomendaciones ante los problemas es que no los ‘ahogemos’ en nuestro interior. Todos hemos explicado alguna vez la metáfora que dice que “si te vas guardando los problemas, éstos se harán una pelota cada vez más grande y al final reventará”. El método Estivill consiste, tal y como lo explica él mismo en la entrevista, en permitir el traspaso de sentimientos de ansiedad y de estrés de los padres a los hijos y evitar que lloren por ello o muestren su malestar, es decir, permitiendo que los vivan, pero no que los expresen, por lo tanto haciendo que los ‘guarden’ o ‘almacenen’ para el futuro.
Estivill obeso
Con respecto al método del ¡A comer! de conseguir que los niños tengan buenos hábitos alimenticios, que coman de todo y por tanto lleven una alimentación equilibrada estoy de acuerdo en que el objetivo es loable. No así los métodos ni el ejemplo del Dr. Estivill, que hace unos años se realizó una reducción de estómago porque “las dietas no van conmigo”.
“Haz lo que digo, pero no lo que hago”. Me alegro de no ser uno de los padres que han llevado a cabo unos métodos que ni siquiera su autor utiliza.
Lo que el Dr. Estivill debería explicar (si fuera sincero)
Hace unos días explicamos cómo es el sueño de los niños y cuándo, más o menos, empiezan a dormir de noche. La información que pudisteis leer choca casi frontalmente con las teorías del Dr. Estivill, así que he querido emular un escrito que pienso que el Dr. Estivill debería hacer, para decir la verdad a todas las madres y padres:
Bien, pues este es el escrito, documento o declaración que muchos estamos esperando del Dr. Estivill. Quién sabe, quizás algún día nos sorprenda y se sincere con todos los padres y madres a los que ha engañado. Quizás lo haga el día que decida que ya ha vendido suficientes libros, quizás no.
En unos días os traeré una nueva entrada con algunas ideas para que los niños duerman un poco mejor (o no).
Mi libro, “Duérmete niño“, ha sido traducido a varios idiomas y se han vendido en todo el mundo más de 20 millones de copias.
El libro va dirigido a los niños con problemas de insomnio, los que no se pueden dormir de manera patológica, pero niños con insomnio hay muy pocos, así que tuve que explicar el sueño de los niños de manera poco cierta para que 20 millones de personas con bebés completamente sanos pensaran que sus hijos realmente dormían mal (y los que lo siguen comprando).
He decidido ser sincero y explicar realmente cómo es el sueño de los niños y qué es lo que podríamos considerar normal:
- Sé que en mi libro digo que a los seis meses los niños tienen que dormir toda la noche, sin embargo no es del todo cierto. Es normal que los niños se despierten de manera frecuente durante los 2 o 3 primeros años de vida.
- Los niños amamantados suelen despertarse con mayor frecuencia que los que toman leche artificial, aunque en mi método hablo de todos los niños indistintamente. Aunque pudiera parecer algo negativo lo cierto es que supone un mayor contacto y apego incluso en la noche y tiene parte de explicación en la necesidad del bebé de sentirse seguro para dormir tranquilo y en la de asegurar el alimento realizando succión nocturna (cuando los niveles de prolactina de la madre son más elevados). Se puede decir que el bebé come de noche y realiza succión para asegurarse el alimento del día siguiente.
Como la lactancia materna proporciona succión (la succión les calma) y les proporciona alimento instantáneo, sin necesidad de esperar a la preparación de un biberón (además de que contiene sustancias favorecedoras del sueño), estos niños se duermen antes que los alimentados con leche de fórmula. En otras palabras, se despiertan más, pero se duermen antes.
De hecho, como la lactancia materna es la alimentación natural de la especie humana, si el ser alimentado de esta manera hace que los niños se despierten más, es que es lo normal.
- Es normal que un niño se despierte por la noche incluso hasta los 5 años. Para ser más concreto, el sueño casi adulto se produce alrededor de los 5-6 años.
- Un estudio observacional (filmación de los bebés durmiendo) muestra que el 44% de los bebés duerme toda la noche a los 2 meses y el 78% lo hace a los 9 meses.
Otros estudios similares indican que a los 4 meses un 50% de los bebés duerme del tirón y que a los 9 meses lo hace el 96%.
Gracias a este tipo de estudios he podido afirmar (pese a no ser del todo cierto, viendo las cifras) que los bebés de 6 meses deberían dormir toda la noche, sin embargo, leyendo detenidamente los estudios vemos que en el primer estudio consideran “dormir toda la noche” como que “el niño no salga de la cuna entre las 12 y las 5 de la madrugada” y en los otros estudios llaman a dormir del tirón el dormir seis horas seguidas.
Claro, si el niño se duerme a las 9 PM, la mayoría de los niños de hasta 9 meses estarán despiertos a las 2-3 de la mañana. Esto es algo normal, pero obviando estas apreciaciones sobre los estudios he conseguido que ustedes mis queridos papás crean que están fallando a la estadística de mi libro, que su hijo tiene un problema y que deben seguir leyendo para ofrecerle una solución.
La AEPED en su guía de lactancia materna para profesionales especifica que a los 6 meses duerme toda la noche (o sea, entre las 0 h y las 6:00 h) sólo el 16% de los bebés, aunque yo en mi libro digo que lo tiene que hacer el 100%. El 50% de ellos se despierta ocasionalmente, el 9% se despierta casi todas las noches y el 5% se despierta todas las noches.
Repito, entendiendo como noche el periodo comprendido entre las 0 y las 6 AM (esto significa que si ampliáramos el periodo a un horario comprendido entre las 21 PM y las 8 AM los resultados serían, digámoslo suavemente, escandalosos).
Tras conocer todos estos datos, mi querido lector, si aún siente la necesidad de obligar a su hijo a dormir en el horario que a usted le va bien, aunque vaya en contra de las necesidades del bebé y de sus ritmos de maduración cerebral, puede intentar mi método (que no es mío realmente, pues es del siglo pasado) que se basa en no hacer caso a las necesidades reales de su bebé para que aprenda que por la noche sus demandas no serán satisfechas.
Puede tardar unos días o semanas, es normal, pues los bebés, como los adultos, insisten en tener aquello que necesitan. En este caso, lo que solicitan es compañía y calor para sentirse seguros y un hombro, pecho o biberón que les calme lo antes posible para que poco a poco, a su ritmo, vayan aprendiendo a dominar sus necesidades nocturnas y acaben por dormir de una manera más continua.
Pasado ese tiempo su hijo sabrá que es inútil pedir algo que nunca va a llegar. No es que lo haya dejado de necesitar, es que se ha resignado.
- Mi método, si produce llanto y estrés, hace que aumente la secreción cerebral de cortisol, la hormona del estrés. Los expertos dicen que los bebés que menos estrés sufren de pequeños son los que en la edad adulta controlan y dominan mejor sus ansiedades y sus niveles de estrés. Quizás es un dato que quiera tener en cuenta.
Además el cortisol evita la conciliación del sueño, por lo que muchas veces se genera un pez que se muerde la cola.- Es probable que tenga efectos secundarios: Muchos padres se preguntarán si mi método tiene efectos secundarios. Además de lo comentado sobre el cortisol se ha evidenciado, a corto plazo, la aparición en algunos bebés de problemas conductuales o del sueño tales como pesadillas, aparición de miedos y fobias, etc. (Milberg F, Gerold I).
Las consecuencias a largo plazo pueden ser: trastornos de ansiedad, depresiones, baja autoestima, indefensión aprendida, trastornos del apego, etc.
La misma AEPED ha dicho sobre mi método que “Las técnicas de terapia conductista de condicionamiento del sueño son difícilmente compatibles con la lactancia materna; deberían reservarse a niños con enfermedades del sueño, no estando probadas ni su eficacia, ni su repercusión psicológica a largo plazo”.
Por suerte, los problemas a largo plazo generan un problema a la hora de demostrar la causalidad, así que es muy probable que nadie me busque nunca para pedirme explicaciones.
Un saludo,
Eduard Estivill.
Bien, pues este es el escrito, documento o declaración que muchos estamos esperando del Dr. Estivill. Quién sabe, quizás algún día nos sorprenda y se sincere con todos los padres y madres a los que ha engañado. Quizás lo haga el día que decida que ya ha vendido suficientes libros, quizás no.
En unos días os traeré una nueva entrada con algunas ideas para que los niños duerman un poco mejor (o no).
Terapia para el Sr. Estivill
Fuente: http://www.mentelibre.es
Los seguidores de este blog, ya conocéis nuestra opinión sobre los métodos conductistas para enseñar a dormir a los niños, de hecho, en varios artículos hemos alertado sobre las dramáticas consecuencias que tiene el dejar llorar solo a un bebé. Estas técnicas de adiestramiento constituyen maltrato infantil y tienen gravísimas consecuencias para la futura vida emocional del niño. En este artículo, queremos volver sobre este tema, pues, periódicamente, aparecen noticias en los medios en las que se trivializa el enorme impacto negativo que estos métodos tienen sobre la salud emocional y física de los niños.
Como casi todos sabréis, el traductor para España del método Ferber para enseñar a los niños a dormir, Eduard Estivill, está presentando estos días su último libro, una especie de manual con consejos pediátricos de “sentido común” para padres. Por otro lado, el susodicho, está promocionando una nueva edición revisada de su biblia de maltratos conductistas del sueño en la que promete que va a enseñar a los bebés a dormir solos ¡¡desde el primer día de vida!! Una atrocidad, vaya. Los niños no necesitan que nadie les enseñe a dormir, ni a comer, ni a hacer pipí/caca, ni a jugar. Cuando llega su momento, lo aprenden, sólo tenemos que respetar sus tiempos madurativos
Las absurdas y delirantes declaraciones de Estivill, en El País, para vender su último libro, nos proporcionaron algunos detalles sobre su vida que nos pueden ayudar a entender las motivaciones inconscientes que este médico tiene para promocionar y alentar el maltrato infantil.
Pasada la indignación inicial que sentí al leer la entrevista, afronto esta entrada con tristeza por el niño maltratado que fue, pero sin pena alguna por el adulto en el que se ha convertido, responsable y cómplice del maltrato de miles de niños. Según las cifras, ha vendido tres millones de libros, de modo que podemos hacernos una idea de la cantidad de infancias traumatizadas que ha provocado.
Leyendo las declaraciones del Sr. Estivill, podemos observar cómo refleja perfectamente los efectos de una infancia maltratada descritos por muchos especialistas y que observamos habitualmente en la consulta:
- Infancia violentada y negación de la verdad.
“Sufrí una obesidad mórbida porque soy hijo de la posguerra y mis padres me sobrealimentaron. Entonces, un niño gordo significaba un niño sano.”
Habla con naturalidad y con absoluta frialdad del comportamiento de sus padres con respecto a la comida. ¿Qué quiere decir “unos padres de posguerra que le sobrealimentaron”? Traducido, esto significa: una escena de tensión en torno a la mesa, unos padres que fuerzan a comer a un niño, aunque éste ya estuviera lleno o no le apeteciera la comida, gritos, golpes en la mesa y, quizás, la cuchara metida a la fuerza en la boca del pequeño Eduard que no podía hacer nada por defenderse. La única solución para que acabara toda aquella situación era callarse y engullir todo lo que quisieran sus padres.
Tuvo que tragarse toda la comida, pero, también, las emociones de frustración, rabia e impotencia que sentía el niño frente a la imposición de sus padres. Además, los comentarios de los familiares y vecinos reforzarían toda la situación… “qué niño más sanote, qué bien cuidado, es cómo un angelote, etc.” El niño Eduard, acabó sucumbiendo a la única realidad que conocía y a lo que escuchaba por todos lados. Incluso, con el tiempo, dejó de hacer caso a sus emociones y terminó convenciéndose de que sus padres hacían lo mejor para él, que lo hacían “por su propio bien”. Por cierto, este patrón de comportamiento, lo vuelve a utilizar en la actualidad: convence a los padres que utilizan su método de que, aunque los niños lloran y sufran, ellos están haciendo lo mejor para sus hijos. Retorcido ¿verdad? Exculpa de toda responsabilidad moral, a los padres que usan su cruel método, con el fin de negar y esconder la culpa de sus propios progenitores y, de este modo, evitar examinar su propia realidad de niño maltratado.
Actualmente, en lugar de espantarse por cómo le forzaron a comer, se mantiene neutro, sin manifestar emoción alguna. ¿Cómo podría ser de otra manera, si tuvo que negar sus propias emociones?
- Volcar sus emociones reprimidas sobre inocentes.
“La crisis salvará a los niños, seguramente los enseñará a sufrir, estarán educados en la frustración. El éxito es algo totalmente puntual, hemos de tender a buscarlo, pero el camino al éxito está lleno de frustraciones. Hasta ahora los niños lo tenían todo”
En la infancia, el pequeño Eduard tuvo que negar el maltrato recibido y reprimir las emociones que no podía expresar, pero esto no significa que la energía de estas emociones haya desaparecido. Si pensamos en la frialdad del método Estivill al no permitir acudir a los padres a consolar al niño que llora solo en la habitación, no resulta difícil deducir dónde vuelca el Dr. Estivill toda la rabia y frustración que no pudo expresar contra sus padres. Sólo alguien que haya sido forzado a reprimir sus emociones y a no reconocer el maltrato sufrido en su infancia podría justificar este tipo de métodos para enseñar a dormir a los niños. Sólo alguien que ha debido negar su propio sufrimiento permanecerá ciego ante el sufrimiento de los demás y será capaz de vender un método de adiestramiento que roza el sadismo.
Se percibe en las declaraciones de este sujeto, la errada filosofía de personas que han sufrido mucho, según la cual, como la vida es dura, hay que preparar a los niños desde que son pequeños y educarles en la frustración. El pequeño Eduard interiorizó las ideas de sus padres, según las cuales, las cosas se consiguen mediante el sufrimiento y la frustración.
El daño es aún mayor si tenemos en cuenta que sus libros confunden a muchos padres en unos momentos tan delicados como son los primeros meses y años de sus hijos. Toman al Sr.Estivill como una referencia de autoridad y no pueden cuestionarse si lo que dice tiene o no tiene sentido. En momentos de desesperación, recurren a la solución “fácil” que les ofrece su método, pero en su libro, el Sr. Estivill, debería informarles también de que las privaciones de apego, cariño y acompañamiento en la primera infancia, conllevan en la vida adulta numerosas secuelas tanto físicas como psicológicas.
- Soluciones fáciles, pero sin profundizar en el problema
“Hace ocho años tuve una embolia que por suerte se quedó en la pierna”. Y comenta la periodista: “Llegó a pesar 138 kilos y no tuvo más salida que la cirugía. Ahora está hecho un figurín. Come muy despacio. Tarda una hora de reloj en acabar con el enorme plato de arroz.”
Ante un problema tan extremo y crónico como la obesidad mórbida, en algunas ocasiones, se hace necesario recurrir a la cirugía para revertir el proceso. Sin embargo, me hubiera gustado que el Sr. Estivill hubiese podido trabajar también las causas emocionales que influían en su problema. Estoy seguro de que no lo hizo, máxime cuando hace tiempo declaró que se había operado porque “las dietas no van conmigo”.
En una sociedad estresada como la nuestra que busca la solución inmediata para todos los problemas sin tener que esforzarnos lo más mínimo, esa actitud está bastante extendida, pero eliminar el síntoma no significa que el problema haya desaparecido. Tarde o temprano, las mismas emociones que no ha querido ver y que provocaron la obesidad, buscarán una nueva forma de expresión, a través de otro síntoma.
Esta actitud de centrarse únicamente la punta del iceberg, sin atender al origen del problema ni pensar en las consecuencias que pueda tener la solución que adoptemos, es la misma que se refleja en su método para enseñar a dormir a los niños. Una intervención que consigue que duerman, pero que se despreocupa de las secuelas emocionales que deja.
- Desconexión con la realidad.
“No hay un solo artículo científico ni una sola controversia y crítica en las sociedades y el mundo científico. No he inventado nada: mi mérito es saber poner en palabras sencillas lo que la ciencia ha ido descubriendo. Internet no es un foro científico: cualquiera pueda hacer de médico o de periodista.”
Este párrafo de la entrevista, muestra claramente una desconexión total de la realidad. No sólo niega toda la evidencia empírica de los últimos cuarenta años sobre el apego, sino que, además, se erige en el portavoz que nos traduce los conocimientos científicos a los pobres legos e ignorantes que, prácticamente, no sabemos leer. Sr. Estivill, en Internet hay muchísimos profesionales de muy distintos campos, formados y con la preparación suficiente como para poder entender el lenguaje científico.
Tal y como usted dice, no hay controversia alguna en el mundo científico con respecto a su método, pero es justo al contrario de cómo usted lo interpreta. Todos los descubrimientos de los últimos años sobre apego y neurología, ponen de manifiesto las gravísimas consecuencias de separar a un niño de sus padres y dejarlo llorar hasta que se duerma. Desde John Bowlby hasta Sue Gerhardt, pasando por Alice Miller o Thomas Verny, todos coinciden en lo mismo. No hay absolutamente ningún estudio que diga que el abandono es beneficioso para los bebés. Lo único que usted puede afirmar de su método es que consigue que los niños duerman, pero sin importarle las consecuencias emocionales que pueda acarrear, lo cual, me parece además de irresponsable, muy peligroso.
- Defensa ciega de su método.
Durante la semana pasada, en todas las entrevistas del Sr. Estivill concedidas a numerosos medios de comunicación, hemos podido ver cómo tanto las preguntas como las respuestas eran muy similares. Parecía como si cada intervención fuera la representación de un guión estudiado, preparado de antemano y sin preguntas incómodas. En cada una de las entrevistas, Estivill repetía de forma insistente las mismas ideas falaces: que la comunidad científica apoya su método y que él es el encargado de hacer entender al pueblo llano las conclusiones actuales de la ciencia.
Pero por mucho que se repita una mentira, ésta no se convierte en verdad. Aunque el Sr. Estivill insista, hasta la saciedad, en defender su método, la realidad sigue siendo la misma: los niños sufren y se traumatizan terriblemente por culpa de su sistema para “enseñarles” a dormir. Jamás un estudio podrá demostrar los beneficios de los métodos conductistas de adoctrinamiento para enseñar a dormir, por mucho que él se esfuerce en convencernos de lo contrario.
Por otro lado, siempre intenta desprestigiar todas las críticas que se le hacen en Internet diciendo que no quiere entrar en polémicas y basándose en un supuesto apoyo científico que, por cierto, nunca muestra. En ningún momento, ni siquiera en sus libros, cita un solo artículo que apoye su sistema.
Ante esta defensa tan obstinada y fortificada de su método, no puedo evitar preguntarme si no estará el Sr. Estivill tan encerrado en su burbuja de falsedad que, inconscientemente, teme que una sola pregunta sobre las emociones de los niños y las consecuencias de su sistema pueda desmoronar el inestable castillo de naipes en el que vive.
Sospecho que la misma energía que emplea actualmente para defender su método a pesar de la crueldad que supone para los niños, fue la misma que tuvo que utilizar de pequeño para negar la realidad del maltrato al que fue sometido por sus padres.
Una recomendación final.
Por todo lo visto anteriormente, Sr. Estivill, me preocupa que su percepción de la realidad esté más influenciada por su educación coercitiva y las emociones reprimidas de su infancia que por los avances científicos.
Dado el daño que usted provoca en millones de niños, engañando a sus padres y convenciéndoles de la bondad de su método, considero de vital importancia para nuestra sociedad, que usted sea capaz de sacar a la luz y asumir la realidad de su propia infancia. Se aprovecha de que muchos padres, que también fueron maltratados de pequeños, ven en su método una manera de seguir perpetuando esa misma educación con sus propios hijos y, además, encuentran en sus libros una excusa para atenuar su culpa. Muchas madres me han dicho cosas como “amigas mías lo han utilizado con sus hijos y no pasa nada”, pero la realidad es que sí que este método conlleva repercusiones físicas y psicológicas negativas para la salud de sus hijos.
Debido a esa gran influencia que usted tiene sobre tanta gente, sería muy importante que, tras someterse a una profunda terapia, fuera capaz de retractarse de todo lo que ha escrito. Si lo hiciera, podría ayudar a quitar la venda de los ojos a muchos padres que siguen tan ciegos como usted con respecto al sufrimiento de los niños.
Debería tomarse este trabajo terapéutico muy en serio ya que, en algunos casos, esa separación de la realidad resulta peligrosa, sobre todo, si publica libros y sus opiniones confunden a millones de personas. El daño que usted está provocando a la sociedad es incalculable. Los niños adiestrados con su método serán adultos frustrados y resentidos que, al igual que usted, podrán acabar proyectando esas emociones sobre los demás y no ayudarán a rebajar el nivel de tensión y violencia de nuestro mundo.
Texto: Ramón Soler
Los seguidores de este blog, ya conocéis nuestra opinión sobre los métodos conductistas para enseñar a dormir a los niños, de hecho, en varios artículos hemos alertado sobre las dramáticas consecuencias que tiene el dejar llorar solo a un bebé. Estas técnicas de adiestramiento constituyen maltrato infantil y tienen gravísimas consecuencias para la futura vida emocional del niño. En este artículo, queremos volver sobre este tema, pues, periódicamente, aparecen noticias en los medios en las que se trivializa el enorme impacto negativo que estos métodos tienen sobre la salud emocional y física de los niños.
Como casi todos sabréis, el traductor para España del método Ferber para enseñar a los niños a dormir, Eduard Estivill, está presentando estos días su último libro, una especie de manual con consejos pediátricos de “sentido común” para padres. Por otro lado, el susodicho, está promocionando una nueva edición revisada de su biblia de maltratos conductistas del sueño en la que promete que va a enseñar a los bebés a dormir solos ¡¡desde el primer día de vida!! Una atrocidad, vaya. Los niños no necesitan que nadie les enseñe a dormir, ni a comer, ni a hacer pipí/caca, ni a jugar. Cuando llega su momento, lo aprenden, sólo tenemos que respetar sus tiempos madurativos
Las absurdas y delirantes declaraciones de Estivill, en El País, para vender su último libro, nos proporcionaron algunos detalles sobre su vida que nos pueden ayudar a entender las motivaciones inconscientes que este médico tiene para promocionar y alentar el maltrato infantil.
Pasada la indignación inicial que sentí al leer la entrevista, afronto esta entrada con tristeza por el niño maltratado que fue, pero sin pena alguna por el adulto en el que se ha convertido, responsable y cómplice del maltrato de miles de niños. Según las cifras, ha vendido tres millones de libros, de modo que podemos hacernos una idea de la cantidad de infancias traumatizadas que ha provocado.
Leyendo las declaraciones del Sr. Estivill, podemos observar cómo refleja perfectamente los efectos de una infancia maltratada descritos por muchos especialistas y que observamos habitualmente en la consulta:
- Infancia violentada y negación de la verdad.
“Sufrí una obesidad mórbida porque soy hijo de la posguerra y mis padres me sobrealimentaron. Entonces, un niño gordo significaba un niño sano.”
Habla con naturalidad y con absoluta frialdad del comportamiento de sus padres con respecto a la comida. ¿Qué quiere decir “unos padres de posguerra que le sobrealimentaron”? Traducido, esto significa: una escena de tensión en torno a la mesa, unos padres que fuerzan a comer a un niño, aunque éste ya estuviera lleno o no le apeteciera la comida, gritos, golpes en la mesa y, quizás, la cuchara metida a la fuerza en la boca del pequeño Eduard que no podía hacer nada por defenderse. La única solución para que acabara toda aquella situación era callarse y engullir todo lo que quisieran sus padres.
Tuvo que tragarse toda la comida, pero, también, las emociones de frustración, rabia e impotencia que sentía el niño frente a la imposición de sus padres. Además, los comentarios de los familiares y vecinos reforzarían toda la situación… “qué niño más sanote, qué bien cuidado, es cómo un angelote, etc.” El niño Eduard, acabó sucumbiendo a la única realidad que conocía y a lo que escuchaba por todos lados. Incluso, con el tiempo, dejó de hacer caso a sus emociones y terminó convenciéndose de que sus padres hacían lo mejor para él, que lo hacían “por su propio bien”. Por cierto, este patrón de comportamiento, lo vuelve a utilizar en la actualidad: convence a los padres que utilizan su método de que, aunque los niños lloran y sufran, ellos están haciendo lo mejor para sus hijos. Retorcido ¿verdad? Exculpa de toda responsabilidad moral, a los padres que usan su cruel método, con el fin de negar y esconder la culpa de sus propios progenitores y, de este modo, evitar examinar su propia realidad de niño maltratado.
Actualmente, en lugar de espantarse por cómo le forzaron a comer, se mantiene neutro, sin manifestar emoción alguna. ¿Cómo podría ser de otra manera, si tuvo que negar sus propias emociones?
- Volcar sus emociones reprimidas sobre inocentes.
“La crisis salvará a los niños, seguramente los enseñará a sufrir, estarán educados en la frustración. El éxito es algo totalmente puntual, hemos de tender a buscarlo, pero el camino al éxito está lleno de frustraciones. Hasta ahora los niños lo tenían todo”
En la infancia, el pequeño Eduard tuvo que negar el maltrato recibido y reprimir las emociones que no podía expresar, pero esto no significa que la energía de estas emociones haya desaparecido. Si pensamos en la frialdad del método Estivill al no permitir acudir a los padres a consolar al niño que llora solo en la habitación, no resulta difícil deducir dónde vuelca el Dr. Estivill toda la rabia y frustración que no pudo expresar contra sus padres. Sólo alguien que haya sido forzado a reprimir sus emociones y a no reconocer el maltrato sufrido en su infancia podría justificar este tipo de métodos para enseñar a dormir a los niños. Sólo alguien que ha debido negar su propio sufrimiento permanecerá ciego ante el sufrimiento de los demás y será capaz de vender un método de adiestramiento que roza el sadismo.
Se percibe en las declaraciones de este sujeto, la errada filosofía de personas que han sufrido mucho, según la cual, como la vida es dura, hay que preparar a los niños desde que son pequeños y educarles en la frustración. El pequeño Eduard interiorizó las ideas de sus padres, según las cuales, las cosas se consiguen mediante el sufrimiento y la frustración.
El daño es aún mayor si tenemos en cuenta que sus libros confunden a muchos padres en unos momentos tan delicados como son los primeros meses y años de sus hijos. Toman al Sr.Estivill como una referencia de autoridad y no pueden cuestionarse si lo que dice tiene o no tiene sentido. En momentos de desesperación, recurren a la solución “fácil” que les ofrece su método, pero en su libro, el Sr. Estivill, debería informarles también de que las privaciones de apego, cariño y acompañamiento en la primera infancia, conllevan en la vida adulta numerosas secuelas tanto físicas como psicológicas.
- Soluciones fáciles, pero sin profundizar en el problema
“Hace ocho años tuve una embolia que por suerte se quedó en la pierna”. Y comenta la periodista: “Llegó a pesar 138 kilos y no tuvo más salida que la cirugía. Ahora está hecho un figurín. Come muy despacio. Tarda una hora de reloj en acabar con el enorme plato de arroz.”
Ante un problema tan extremo y crónico como la obesidad mórbida, en algunas ocasiones, se hace necesario recurrir a la cirugía para revertir el proceso. Sin embargo, me hubiera gustado que el Sr. Estivill hubiese podido trabajar también las causas emocionales que influían en su problema. Estoy seguro de que no lo hizo, máxime cuando hace tiempo declaró que se había operado porque “las dietas no van conmigo”.
En una sociedad estresada como la nuestra que busca la solución inmediata para todos los problemas sin tener que esforzarnos lo más mínimo, esa actitud está bastante extendida, pero eliminar el síntoma no significa que el problema haya desaparecido. Tarde o temprano, las mismas emociones que no ha querido ver y que provocaron la obesidad, buscarán una nueva forma de expresión, a través de otro síntoma.
Esta actitud de centrarse únicamente la punta del iceberg, sin atender al origen del problema ni pensar en las consecuencias que pueda tener la solución que adoptemos, es la misma que se refleja en su método para enseñar a dormir a los niños. Una intervención que consigue que duerman, pero que se despreocupa de las secuelas emocionales que deja.
- Desconexión con la realidad.
“No hay un solo artículo científico ni una sola controversia y crítica en las sociedades y el mundo científico. No he inventado nada: mi mérito es saber poner en palabras sencillas lo que la ciencia ha ido descubriendo. Internet no es un foro científico: cualquiera pueda hacer de médico o de periodista.”
Este párrafo de la entrevista, muestra claramente una desconexión total de la realidad. No sólo niega toda la evidencia empírica de los últimos cuarenta años sobre el apego, sino que, además, se erige en el portavoz que nos traduce los conocimientos científicos a los pobres legos e ignorantes que, prácticamente, no sabemos leer. Sr. Estivill, en Internet hay muchísimos profesionales de muy distintos campos, formados y con la preparación suficiente como para poder entender el lenguaje científico.
Tal y como usted dice, no hay controversia alguna en el mundo científico con respecto a su método, pero es justo al contrario de cómo usted lo interpreta. Todos los descubrimientos de los últimos años sobre apego y neurología, ponen de manifiesto las gravísimas consecuencias de separar a un niño de sus padres y dejarlo llorar hasta que se duerma. Desde John Bowlby hasta Sue Gerhardt, pasando por Alice Miller o Thomas Verny, todos coinciden en lo mismo. No hay absolutamente ningún estudio que diga que el abandono es beneficioso para los bebés. Lo único que usted puede afirmar de su método es que consigue que los niños duerman, pero sin importarle las consecuencias emocionales que pueda acarrear, lo cual, me parece además de irresponsable, muy peligroso.
- Defensa ciega de su método.
Durante la semana pasada, en todas las entrevistas del Sr. Estivill concedidas a numerosos medios de comunicación, hemos podido ver cómo tanto las preguntas como las respuestas eran muy similares. Parecía como si cada intervención fuera la representación de un guión estudiado, preparado de antemano y sin preguntas incómodas. En cada una de las entrevistas, Estivill repetía de forma insistente las mismas ideas falaces: que la comunidad científica apoya su método y que él es el encargado de hacer entender al pueblo llano las conclusiones actuales de la ciencia.
Pero por mucho que se repita una mentira, ésta no se convierte en verdad. Aunque el Sr. Estivill insista, hasta la saciedad, en defender su método, la realidad sigue siendo la misma: los niños sufren y se traumatizan terriblemente por culpa de su sistema para “enseñarles” a dormir. Jamás un estudio podrá demostrar los beneficios de los métodos conductistas de adoctrinamiento para enseñar a dormir, por mucho que él se esfuerce en convencernos de lo contrario.
Por otro lado, siempre intenta desprestigiar todas las críticas que se le hacen en Internet diciendo que no quiere entrar en polémicas y basándose en un supuesto apoyo científico que, por cierto, nunca muestra. En ningún momento, ni siquiera en sus libros, cita un solo artículo que apoye su sistema.
Ante esta defensa tan obstinada y fortificada de su método, no puedo evitar preguntarme si no estará el Sr. Estivill tan encerrado en su burbuja de falsedad que, inconscientemente, teme que una sola pregunta sobre las emociones de los niños y las consecuencias de su sistema pueda desmoronar el inestable castillo de naipes en el que vive.
Sospecho que la misma energía que emplea actualmente para defender su método a pesar de la crueldad que supone para los niños, fue la misma que tuvo que utilizar de pequeño para negar la realidad del maltrato al que fue sometido por sus padres.
Una recomendación final.
Por todo lo visto anteriormente, Sr. Estivill, me preocupa que su percepción de la realidad esté más influenciada por su educación coercitiva y las emociones reprimidas de su infancia que por los avances científicos.
Dado el daño que usted provoca en millones de niños, engañando a sus padres y convenciéndoles de la bondad de su método, considero de vital importancia para nuestra sociedad, que usted sea capaz de sacar a la luz y asumir la realidad de su propia infancia. Se aprovecha de que muchos padres, que también fueron maltratados de pequeños, ven en su método una manera de seguir perpetuando esa misma educación con sus propios hijos y, además, encuentran en sus libros una excusa para atenuar su culpa. Muchas madres me han dicho cosas como “amigas mías lo han utilizado con sus hijos y no pasa nada”, pero la realidad es que sí que este método conlleva repercusiones físicas y psicológicas negativas para la salud de sus hijos.
Debido a esa gran influencia que usted tiene sobre tanta gente, sería muy importante que, tras someterse a una profunda terapia, fuera capaz de retractarse de todo lo que ha escrito. Si lo hiciera, podría ayudar a quitar la venda de los ojos a muchos padres que siguen tan ciegos como usted con respecto al sufrimiento de los niños.
Debería tomarse este trabajo terapéutico muy en serio ya que, en algunos casos, esa separación de la realidad resulta peligrosa, sobre todo, si publica libros y sus opiniones confunden a millones de personas. El daño que usted está provocando a la sociedad es incalculable. Los niños adiestrados con su método serán adultos frustrados y resentidos que, al igual que usted, podrán acabar proyectando esas emociones sobre los demás y no ayudarán a rebajar el nivel de tensión y violencia de nuestro mundo.
Texto: Ramón Soler
Re: Los despropósitos del Dr. Eduard Estivill
Recomiendo también los artículos sobre este método expuestos en este mismo blog:
Bebés y métodos conductistas de aprendizaje:
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