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El mito de la invasion violenta ¿Hubo invasión árabe en Hispania?
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Concienciacción :: Religion :: Islam
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El mito de la invasion violenta ¿Hubo invasión árabe en Hispania?
http://www.webislam.com/?idt=20559
Algunos historiadores cuestionan la versión oficial según la cual el Islam se implantó violentamente en la península, después de una invasión árabe, en el año 711. Argumentan que el Islam ni se impuso ni era ajeno a los hispanos. En su opinión, la imposición musulmana no fue tal. Se trató de un “invento” promovido por la Iglesia con objeto de encubrir su derrota ante los cristianos unitarios, seguidores del arrianismo que predicó Prisciliano.
¿Ocurrió la historia tal y como nos la han contado? ¿Es posible que, en el siglo VIII de nuestra era, un ejército musulmán cruzara el estrecho de Gibraltar, derrotara a las tropas visigodas y avanzara victorioso hasta el punto de llegar a someter a casi todo el territorio peninsular? ¿Un puñado de bereberes pudo someter a 20 millones de hispanos durante varios siglos? ¿Estaban en condiciones los árabes para invadir España en el año 711, cuando necesitarían aún más de un siglo para asegurar sus bases del norte de África?”
Resumen de la tesis no invasionista
Fuente: La revolución islámica en Occidente, de Ignacio Olagüe (San Sebastián, 1903-Jávea, Alicante, 1974)
Olagüe defiende lo siguiente:
No hubo "invasión islámica" de la península Ibérica con la subsiguiente serie de sangrientas batallas, sino un proceso de asimilación cultural que se vio favorecido por las luchas entre la Iglesia católica y los hispanos -de mayoria cristianos unitaristas (arrianos, priscilianistas, gnosticos...)-, que luchaban por que no les fuera impuesta la religion oficialista de Roma contra su voluntad: el cristianismo católico trinitarista surgido en el concilio de Nicea, y percibido como politeista y pagano por los demas cristianos.
Olagüe apoya sus tesis en una variada documentación. Básicamente:
- Critica y refutacion de la documentacion historica en la que esta basado el mito invasionista. Los cronistas no buscaban contar la historia sino alabar sus causas, a sus dioses, a sus lideres. En este contexto el tergiversar y mentir estaba moralmente justificado si asi se lograba el objetivo. Asi pues lo que contaban, historicamente, es irrelevante y de dudosisima veracidad. Y facilmente desmontable. La presion católica y musulmana fosilizó las mentiras convirtiéndolas en "hechos".
Asi pues batallas como las de Guadalete, Covadonga o Poitiers son, según Olagüe, meras escaramuzas, y no, como siempre habíamos supuesto, y que es la idea rompedora anti-mito: no entre árabes conquistadores y godos, sino entre hispanos contra hispanos, en guerra civil y religiosa.
Sobre el tema se ha creado un alud de mentiras, de leyendas, de falsas tradiciones. De acuerdo con una interpretación primaria de la actividad humana, se había concebido la expansión del islam no como el fruto de una civilización, sino como el resultado de unas conquistas militares sucesivas y fulminantes.
Increiblemente, y demostrando poco rigor, los historiadores han usado estas falsedades para poder contar la historia, ya que sin ellas sencillamente se quedaban sin poder contar nada. Asi pues, han creido conveniente, aun sabiendo y conociendo de su extrema ausencia de vericidad, filtrar los anacronismos y falsedades, eliminar lo que habria de chocar al estudioso avezado, y dejar cifras y datos convenientemente maquillados para asi poder contar su version, que no se desvia demasiado del mito inicial: los arabes habian invadido Hispania e impuesto su religion.
"... Idioma, religión, cultura no habían sido impuestos por la fuerza de la idea, sino con alfanjazos que habían diezmado a los guerreros oponentes, así como por el fuego que había aterrorizado a las poblaciones indefensas. Con gran refuerzo de estampas resobadas se había descrito la invasión de Berbería, de la península Ibérica y del sur de Francia, sin mencionar otras regiones cuyo problema no cuadra con los límites de esta obra. Ejércitos árabes en número inverosímil habían desbordado por todas partes como la oleada de un maremoto; lo que era un reto a la geografía y al sentido común", escribe Olagüe.
No hubo invasión islámica estrictamente hablando en la península Ibérica, ya que en el año 711 no estaban codificados ni el Corán ni tradición islámica alguna, pues a la lengua árabe le faltaba un siglo para ser lengua internacional; quienes entraron a la península Ibérica ni eran musulmanes ni hablaban árabe: desde 711 hasta 756 lo que hubo fue una guerra civil y una cantonalización de la península y la incorporación a la misma de una serie tropas mercenarias del norte de África que no son árabes ni bereberes, sino púnicas, visigodas, vándalas y bizantinas. Y quienes contendieron fueron los partidarios de los reyes visigodos Witiza y Rodrigo; los hijos de Witiza mantuvieron el control en las ciudades.
Asimismo, niega la Reconquista como proyecto, se trata más bien de un mito fundacional: la pérdida de España y la alta empresa de su recuperación. Al Ándalus sería un primer renacimiento europeo, un producto genuinamente europeo, y en el siglo XIII Averroes fue prohibido en la Sorbona, en París, no en El Cairo, donde no se le leía. Además, la cultura europea de al Ándalus poseía una impronta judaica muy fuerte, todos los judíos andalusíes escribían en árabe.
La negación de Al-Ándalus es un componente más del llamado "problema de España". Desde el año 1000, con los comentarios al Apocalipsis de Beato de Liébana y el descubrimiento de los supuestos restos de Santiago, se genera una ideologización de la religión y la península se escinde en dos tendencias: hacia Oriente y hacia Occidente, con dos peregrinaciones, a la Meca y a Santiago. La religión se transforma en ideología. Al-Ándalus es un primer renacimiento europeo, pero como está escrito en árabe los europeos no lo han reconocido como tal. La matización que hace a Américo Castro es que no hubo una España de tres culturas, sino que hubo una España de una sola cultura con tres religiones.
Al-Ándalus y Sefarad son etimológicamente correspondientes a la Atlántida y al Jardín de las Hespérides, paraísos pertenecientes a la cultura grecolatina, y no mitos beduinos o árabes: el islam medieval hereda a Roma, no la sustituye.
Olagüe analiza y desmenuza una a una las pruebas y argumentos invasionistas, y propone algunas posibles alternativas verosímiles.
El tema que nos trata es una prueba de cómo personas inteligentes, cultivadas, bien preparadas, son victimas de sus prejuicios, cliches, adoctrinamiento, cerrándose la capacidad critica para darse cuenta de que estaban reproduciendo un mito, una tremenda falsedad historica, con las pruebas delante de sus ojos, sin verlas, o sin querer verlas, mas bien.
Tambien es una muestra mas de como personas cultas e inteligentres, antes que arriesgar su credibilidad y posicion, se atrincheran en su puestos academicos y funcionariales, miran para otro lado y persisten en el error, antes que tirar la primera piedra y decir, como hizo Olagüe: "¡Señores, la historia de España hay que reescribirla desde el 711!". Y desde antes, incluso.
Olagüe, miembro fundador de las JONS, mucho debio sufrir para darse cuenta del tremendo error historiografico que constituia la base ideologica nacional catolica franquista y española (catolicismo, Reconquista, Reyes Católicos, moros y cristianos, unidad...), y aun así, en pleno franquismo, soltar semejante bomba.
Esta tesis ha sido modernamente adoptada y desarrollada tambien por el arabista Emilio Gonzalez Ferrin.
Algunos historiadores cuestionan la versión oficial según la cual el Islam se implantó violentamente en la península, después de una invasión árabe, en el año 711. Argumentan que el Islam ni se impuso ni era ajeno a los hispanos. En su opinión, la imposición musulmana no fue tal. Se trató de un “invento” promovido por la Iglesia con objeto de encubrir su derrota ante los cristianos unitarios, seguidores del arrianismo que predicó Prisciliano.
¿Ocurrió la historia tal y como nos la han contado? ¿Es posible que, en el siglo VIII de nuestra era, un ejército musulmán cruzara el estrecho de Gibraltar, derrotara a las tropas visigodas y avanzara victorioso hasta el punto de llegar a someter a casi todo el territorio peninsular? ¿Un puñado de bereberes pudo someter a 20 millones de hispanos durante varios siglos? ¿Estaban en condiciones los árabes para invadir España en el año 711, cuando necesitarían aún más de un siglo para asegurar sus bases del norte de África?”
Resumen de la tesis no invasionista
Fuente: La revolución islámica en Occidente, de Ignacio Olagüe (San Sebastián, 1903-Jávea, Alicante, 1974)
Olagüe defiende lo siguiente:
No hubo "invasión islámica" de la península Ibérica con la subsiguiente serie de sangrientas batallas, sino un proceso de asimilación cultural que se vio favorecido por las luchas entre la Iglesia católica y los hispanos -de mayoria cristianos unitaristas (arrianos, priscilianistas, gnosticos...)-, que luchaban por que no les fuera impuesta la religion oficialista de Roma contra su voluntad: el cristianismo católico trinitarista surgido en el concilio de Nicea, y percibido como politeista y pagano por los demas cristianos.
Olagüe apoya sus tesis en una variada documentación. Básicamente:
- Critica y refutacion de la documentacion historica en la que esta basado el mito invasionista. Los cronistas no buscaban contar la historia sino alabar sus causas, a sus dioses, a sus lideres. En este contexto el tergiversar y mentir estaba moralmente justificado si asi se lograba el objetivo. Asi pues lo que contaban, historicamente, es irrelevante y de dudosisima veracidad. Y facilmente desmontable. La presion católica y musulmana fosilizó las mentiras convirtiéndolas en "hechos".
Asi pues batallas como las de Guadalete, Covadonga o Poitiers son, según Olagüe, meras escaramuzas, y no, como siempre habíamos supuesto, y que es la idea rompedora anti-mito: no entre árabes conquistadores y godos, sino entre hispanos contra hispanos, en guerra civil y religiosa.
Sobre el tema se ha creado un alud de mentiras, de leyendas, de falsas tradiciones. De acuerdo con una interpretación primaria de la actividad humana, se había concebido la expansión del islam no como el fruto de una civilización, sino como el resultado de unas conquistas militares sucesivas y fulminantes.
Increiblemente, y demostrando poco rigor, los historiadores han usado estas falsedades para poder contar la historia, ya que sin ellas sencillamente se quedaban sin poder contar nada. Asi pues, han creido conveniente, aun sabiendo y conociendo de su extrema ausencia de vericidad, filtrar los anacronismos y falsedades, eliminar lo que habria de chocar al estudioso avezado, y dejar cifras y datos convenientemente maquillados para asi poder contar su version, que no se desvia demasiado del mito inicial: los arabes habian invadido Hispania e impuesto su religion.
"... Idioma, religión, cultura no habían sido impuestos por la fuerza de la idea, sino con alfanjazos que habían diezmado a los guerreros oponentes, así como por el fuego que había aterrorizado a las poblaciones indefensas. Con gran refuerzo de estampas resobadas se había descrito la invasión de Berbería, de la península Ibérica y del sur de Francia, sin mencionar otras regiones cuyo problema no cuadra con los límites de esta obra. Ejércitos árabes en número inverosímil habían desbordado por todas partes como la oleada de un maremoto; lo que era un reto a la geografía y al sentido común", escribe Olagüe.
No hubo invasión islámica estrictamente hablando en la península Ibérica, ya que en el año 711 no estaban codificados ni el Corán ni tradición islámica alguna, pues a la lengua árabe le faltaba un siglo para ser lengua internacional; quienes entraron a la península Ibérica ni eran musulmanes ni hablaban árabe: desde 711 hasta 756 lo que hubo fue una guerra civil y una cantonalización de la península y la incorporación a la misma de una serie tropas mercenarias del norte de África que no son árabes ni bereberes, sino púnicas, visigodas, vándalas y bizantinas. Y quienes contendieron fueron los partidarios de los reyes visigodos Witiza y Rodrigo; los hijos de Witiza mantuvieron el control en las ciudades.
Asimismo, niega la Reconquista como proyecto, se trata más bien de un mito fundacional: la pérdida de España y la alta empresa de su recuperación. Al Ándalus sería un primer renacimiento europeo, un producto genuinamente europeo, y en el siglo XIII Averroes fue prohibido en la Sorbona, en París, no en El Cairo, donde no se le leía. Además, la cultura europea de al Ándalus poseía una impronta judaica muy fuerte, todos los judíos andalusíes escribían en árabe.
La negación de Al-Ándalus es un componente más del llamado "problema de España". Desde el año 1000, con los comentarios al Apocalipsis de Beato de Liébana y el descubrimiento de los supuestos restos de Santiago, se genera una ideologización de la religión y la península se escinde en dos tendencias: hacia Oriente y hacia Occidente, con dos peregrinaciones, a la Meca y a Santiago. La religión se transforma en ideología. Al-Ándalus es un primer renacimiento europeo, pero como está escrito en árabe los europeos no lo han reconocido como tal. La matización que hace a Américo Castro es que no hubo una España de tres culturas, sino que hubo una España de una sola cultura con tres religiones.
Al-Ándalus y Sefarad son etimológicamente correspondientes a la Atlántida y al Jardín de las Hespérides, paraísos pertenecientes a la cultura grecolatina, y no mitos beduinos o árabes: el islam medieval hereda a Roma, no la sustituye.
Olagüe analiza y desmenuza una a una las pruebas y argumentos invasionistas, y propone algunas posibles alternativas verosímiles.
El tema que nos trata es una prueba de cómo personas inteligentes, cultivadas, bien preparadas, son victimas de sus prejuicios, cliches, adoctrinamiento, cerrándose la capacidad critica para darse cuenta de que estaban reproduciendo un mito, una tremenda falsedad historica, con las pruebas delante de sus ojos, sin verlas, o sin querer verlas, mas bien.
Tambien es una muestra mas de como personas cultas e inteligentres, antes que arriesgar su credibilidad y posicion, se atrincheran en su puestos academicos y funcionariales, miran para otro lado y persisten en el error, antes que tirar la primera piedra y decir, como hizo Olagüe: "¡Señores, la historia de España hay que reescribirla desde el 711!". Y desde antes, incluso.
Olagüe, miembro fundador de las JONS, mucho debio sufrir para darse cuenta del tremendo error historiografico que constituia la base ideologica nacional catolica franquista y española (catolicismo, Reconquista, Reyes Católicos, moros y cristianos, unidad...), y aun así, en pleno franquismo, soltar semejante bomba.
Esta tesis ha sido modernamente adoptada y desarrollada tambien por el arabista Emilio Gonzalez Ferrin.
Tabil al 3ilm- Cantidad de envíos : 169
Nivel de Aportación : 347
Fecha de inscripción : 16/05/2011
Re: El mito de la invasion violenta ¿Hubo invasión árabe en Hispania?
Algo así, tambien lei hace tiempo sobre la invasión romana en la peninsula iberica, lo malo es que no recuerdo el texto donde lo lei, pero era algo cómo que las legiones romanas vinieron a proteger a los pueblos asentados en la peninsula iberica. Vamos, que se les reclamo de algun modo.
saludos.
saludos.
the-smoker- Cantidad de envíos : 517
Nivel de Aportación : 683
Fecha de inscripción : 12/11/2010
Edad : 51
Localización : ESPAÑA
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